Descartes


“La sabiduría humana es como un árbol, cuyas raíces son la metafísica, su tronco es la física y las ramas que salen del tronco serian el resto de ciencias, las cuales se pueden reducir en: la medicina, la mecánica y la moral”.

Esto es la metáfora del árbol, con la que Descartes trató de explicar que todas las ciencias y saberes son manifestaciones de un único saber, como consecuencia del uso de la razón, que es la misma independientemente del campo al que se aplique.

Por eso, Descartes decía que si la razón es única, el saber es único, y que por tanto tiene que existir un único método para alcanzar la sabiduría. Un método (para Descartes) es un “conjunto de reglas ciertas y fáciles, gracias a las cuales todo el que las observe no tomará nunca como verdadero lo que es falso, y alcanzará el conocimiento de todo aquello de lo que sea capaz”. Es decir, es un conjunto de reglas que nos dicen cómo tenemos que actuar para alcanzar un objetivo. Descartes trató de encontrar ese único método que pudiera aplicarse a todas y cada una de las ciencias, con el fin de alcanzar conocimientos verdaderos y provechosos.

Para ello, Descartes tiene que encontrar una verdad absoluta, evidente, de la que no se pueda dudar, y que sirva de base de su nuevo edificio del conocimiento. Éste va a usar 2 tipos de conocimiento: intuición y deducción.

La intuición: tiene por objeto naturalezas simples, y a través de ella captamos conceptos simples que carecen de posibilidad alguna de duda o error, es decir, a través de ella conocemos de un modo inmediato las verdades evidentes. 

La deducción: Crear nuevas verdades complejas relacionando las verdades más simples, que ya conocíamos por la intuición. 

Una vez alcanzadas esas verdades evidentes, a partir de las cuales se crean verdades más complejas, Descartes elabora una serie de reglas que debe seguir este único método que nos llevará a la sabiduría:



  1. Regla de la Evidencia: No admitir jamás como verdadera cosa alguna sin conocer con evidencia que lo era, es decir, Descartes solo acepta como verdadero lo que es evidente (lo que se produce en la intuición).
  2. Regla del Análisis: Analizar significa descomponer lo complejo en sus elementos más simples, en este caso, significa dividir las verdades más complejas en sus verdades más simples, sus verdades evidentes.
  3. Regla de la síntesis: La síntesis es un proceso ordenado de deducción en el que unas ideas encadenan a otras necesariamente, es decir, es hacer una reconstrucción deductiva de lo complejo a partir de lo simple, obteniendo nuevas verdades y ampliando, de esta manera, nuestros conocimientos.
  4. Regla de la enumeración: Se trata de comprobar y revisar que no se haya producido ningún error en los procedimientos anteriores. 

Como resultado de todo ésto, se tendrá un sistema de conocimiento con garantías de certeza, puesto que cada regla trabaja con la verdad y la transmite en todo su recorrido. Descartes propuso este método no de manera arbitraria, sino utilizando un método similar al que utilizaban las matemáticas. ¿Y porque? Por que según él, si las matemáticas siguiendo este método obtienen resultados admirables, ¿Por qué no utilizarlo en todos los ámbitos del saber, para conseguir resultados igualmente admirables?

Siguiendo los pasos del método, según la primera regla sólo podemos aceptar como verdadero aquello que se nos presente con absoluta evidencia, es decir, aquello de lo que no se pueda dudar. Por este motivo, Descartes adopta la duda como método, como camino para alcanzar una verdad absolutamente evidente de la que nadie pueda dudar y que sirva de punto de partida de nuestro conocimiento. ¿Cómo la consigue? Dudando prácticamente de todo y así eliminar todos aquellos conocimientos e ideas que carezcan de una certeza absoluta, es decir, los prejuicios.

¿De qué duda Descartes?
  1. Comienza dudando de los sentidos: Descartes decía que si los sentidos nos engañaban a veces, nada impide que nos engañen siempre, y que por tanto todos los datos que nos llegan a través de los sentidos en realidad sean falsos.
  2. También duda de la razón: Si podemos equivocarnos alguna vez, es posible que nos equivoquemos siempre, y pensemos que razonamos de manera correcta cuando en realidad vivimos en un error permanente.
  3. La imposibilidad de distinguir la vigilia del sueño: todo lo que percibimos mientras soñamos nos parece tan real como lo que percibimos despiertos, y a veces no somos conscientes de que estamos soñando. Por eso Descartes se pregunta: ¿Acaso no podría ser la vida un mero sueño? Ni siquiera tenemos la certeza de que el mundo que percibimos exista realmente.
  4. La duda más extrema de Descartes es la posibilidad de que exista un ser maligno cuyo único objetivo era conducirle al error, haciendo que cada vez que razone algo se equivoque.

¿Qué consigue Descartes con todo esto?
Descartes no duda por dudar, su aspiración es llegar a una certeza absoluta que es el: “cogito, ergo sum”. Decía: “si yo pienso que el mundo existe, puede que me equivoque y que el mundo no exista, pero no puedo dudar de que pienso y de que dudo. Por tanto, un ser que piensa y que duda tiene que existir, por que sino no pensaría ni dudaría, es decir: PIENSO, LUEGO EXISTO.

  1. Para Descartes pensamiento (actividad de pensar) es todo aquello que ocurre en nosotros: dudar, entender… Es decir, todo acto consciente del espíritu. Pero todo pensamiento se encuentra sometido a la duda, por este motivo, la evidencia se da sólo en el interior del sujeto.
  2. Esta evidencia, "pienso, luego existo", no es el resultado de una deducción; es, por el contrario, una intuición, es decir, una evidencia inmediata de la conciencia. Esta verdad será tomada por Descartes como el primer principio evidente de la filosofía de la que pueden deducirse todas las demás verdades y sin la cual, las demás carecerían de sentido. El “pienso, luego existo” nos obliga a intuir un “yo”, como una sustancia que existe y cuya misión es pensar (el yo como un sujeto pensante).
Una vez alcanzada esa evidencia a través de la intuición, Descartes comienza a construir su filosofía, deduciendo (a partir de esta) el resto de verdades. Para ello cuenta con dos elementos: el pensamiento (Como actividad: yo pienso) y las ideas (lo que pienso). De aquí  Descartes concluye que el pensamiento siempre piensa ideas:

Ej.: “yo pienso que el mundo existe”, tiene tres elementos: El “yo” que piensa y que existe indudablemente, el “mundo” como realidad exterior (cuya existencia es dudosa) y las ideas de “mundo y existencia” (que indudablemente poseemos).

¿Cómo demostrar que a la idea de mundo, le corresponde una realidad: el mundo?
Descartes, partiendo de las ideas, distingue y analiza tres tipos de ideas para ver si alguna de ellas le sirve para salir del pensamiento y llegar a la realidad:

  • Ideas Adventicias: Son aquellas que proceden de la realidad exterior. (La idea de hombre, de árbol…)
  • Ideas Facticias: Son las que creamos nosotros con nuestra imaginación, combinando dos o varias ideas adventicias. (Pez + Mujer = Sirena).
  • Ideas Innatas: Son aquellas que no proceden de la realidad exterior, ni son elaboradas por la imaginación, sino que son aquellas que poseemos por naturaleza.

El siguiente paso de Descartes, será demostrar la existencia de Dios, y para ello recurre al concepto de sustancia. Descartes (a priori) define sustancia como: "una cosa que existe de tal manera que no tiene necesidad sino de sí misma para existir" y distingue dos tipos de sustancias:

  • La sustancia infinita: Dios, puesto que no necesita de otra cosa para  existir.
  • La sustancia finita: no necesitan de otra cosa para existir, excepto de Dios. Serían el pensamiento (res cogitans) y la extensión (res extensa).

Demostración de la existencia de Dios
Descartes, para demostrar la existencia de Dios como sustancia infinita, recurre a la idea de perfección y dice:

  1. “Si yo dudo, es que soy imperfecto; y ser consciente de mi imperfección significa que dentro de mi existe la idea de perfección
  2. ¿Qué tipo de idea, es la idea de perfección? : no puede ser adventicia, ya que nada exterior a mi es perfecto; tampoco puede ser una idea facticia, puesto que no poseo elementos para crearla; debe ser, entonces, una idea innata puesta en mi interior por un ser que posee la cualidad de la perfección.
  3. Argumento ontológico, de Anselmo de Canterbury. Según éste, el propio concepto de Dios como un ser perfecto debería contener la existencia, puesto que es una cualidad que la perfección posee. En resumen, Dios tiene que existir, puesto que si no, no sería perfecto.

Demostración de la existencia del mundo a partir de Dios

De esta manera Descartes demuestra la existencia de Dios, y además aprovecha para demostrar la existencia del mundo ya que, volviendo a “yo pienso que el mundo existe” Descartes dice: “Puesto que Dios es infinitamente bueno y veraz, no puede permitir que me equivoque cuando pienso que el mundo existe, por tanto, el mundo existe”.

Para finalizar, Descartes verá al hombre como la unión de dos sustancias distintas: cuerpo y alma. El alma sería la sustancia que piensa (res cogitans) y el cuerpo la sustancia extensa (res extensa).



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