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Comentarios arte griego

1. Partenón
2. Doríforo
3. Diadúmeno
4. Apoxyómeno
5. Laoconte y sus hijos
6. Bronces de Riace
7. Gálata Ludovisi
8. Victoria de Samotracia
9. Alegoría del río Nilo
10. Hermes con el niño Dioniso
11. Ménade furiosa
12. Hércules Farnesio
13. Afrodita saliendo del baño
14. Cabeza de Atenea Lemnia


1. Partenón



Esta obra arquitectónica es un templo griego dirigido a Atenea Parthenos, elaborada por Ictinos y Calícrates y supervisada por Fidias. De orden dórico (jónico en el interior), esta gran construcción se llevó a cabo entre los años 447 y 432 a.C. Se localiza en la Acrópolis de Atenas y pertenece a la época clásica griega.

Su planta es rectangular, con 70 metros de largo y 30 de ancho. Cuenta con una cubierta a dos aguas, y sus proporciones son regulares. Es un templo octástilo (8 columnas en cada una de sus fachadas) y períptero (rodeado de columnas). La plataforma está situada sobre la krepis, y tiene un estilóbato. El centro del fuste sufre un éntasis, característica que los griegos usaban para corregir la aberración que produce el ojo humano.

El orden dórico se percibe en las columnas sin basa y en el entablamento, dividido en triglifos y metopas (estas con relieves de la Centauromaquia, Amazonomaquia, Gigantomaquia y la Guerra de Troya), y en sus capiteles, compuestos de ábaco y equino. Además, el friso exterior es el conocido como friso de las Panateneas, aunque éste de estilo jónico.

En el interior se halla la estatua criselefantina (marfil y oro) de Atenea Parthenos, obra de Fidias. Desde la pronaos se accede a la naos y desde ahí al opistódomo, donde se guardaba el tesoro y los objetos de culto a la imagen titular.


Quizá lo más perfecto de la arquitectura es lo que no se ve: todo está construido para ser visto por el ser humano, y que éste lo encuentre perfectamente proporcionado. Para ello se emplean detalles como la distancia entre las columnas, el éntasis (engrosamiento del fuste), y la irregularidad del crepidoma.


CONTEXTO

Se construyó durante el gobierno de Pericles (443-429), período en el que se asienta la democracia, y la ciudad ateniense goza de unos años de prosperidad y esplendor. El templo de Zeus en Olimpia podría haber sido precedente del posterior templo aquí comentado.

Hoy en día, la decoración elaborada por Fidias se encuentra en el Museo del Louvre y en el Museo Británico. Además, tras los atentados venecianos, el Partenón, convertido en polvorín turco, sufrió destrozos importantes en su estructura original.


2. Doríforo




CLASIFICACIÓN


Obra: Doríforo


Autor: Policleto el Viejo


Material: Bronce (Copia: mármol)


Estilo: Arte griego (período clásico)


Localización: Museo Arqueológico Nacional de Nápoles, Italia


Cronología: 440-430 a.C.






ANÁLISIS FORMAL Y COMENTARIO


El Doríforo es una destacada obra escultórica de Policleto, escultor del período clásico, realizada en el siglo V a.C. Mide más de dos metros de altura y, originalmente, estaba fundida en bronce, aunque se conserva la copia romana en mármol. El atleta mantiene una lanza apoyada sobre su hombro. Pertenece al período clásico del arte griego.


La escultura es exenta. Presenta el ideal de belleza establecido por los griegos (canon), basado en la proporción de las siete cabezas, es decir, la altura que debía tener.


En el Doríforo podemos apreciar el principio de la diartrosis, según el cual los escultores tallaban sus obras dejando ver claramente la movilidad de las articulaciones, y con el que la división entre el tronco y las extremidades quedaba perfectamente trazado. Pectorales, cintura e ingles quedan muy acentuados.


Por otro lado, es notoria la posición de contrapposto tan típica de los helenos. Esta da un equilibrio entre la relajación de una pierna y la tensión de la otra, a la vez que aporta dinamismo a la escultura, y más vitalidad de la que sus predecesores venían confiriendo a sus obras artísticas.


Actualmente está hecha en mármol, pero Policleto la había fundido en bronce, aunque no se ha conservado la original.


Policleto utilizó esta obra, por su perfecto canon, como modelo para obras futuras, incluyéndola en sus tratados, que contenían reglas elaboradas a partirde cálculos matemáticos y que tenían como fin la representación perfecta del cuerpo humano. A su vez, reflejaba en esta estatua la inquietud de la aristocracia por la apariencia física. 




CONTEXTO


Policleto utilizó esta obra, por su perfecto canon, como modelo para obras futuras, incluyéndola en sus tratados. A su vez, reflejaba en esta estatua la inquietud de la aristocracia por la apariencia física. 


Las figuras de Policleto eran más anchas que las de Fidias, pasando antes de moda. No así, permaneció intacto el canon, presente en obras de la talla de el "Hermes con el niño Dioniso" de Praxíteles o el "Apoxyomeno" de Lisipo; y ya en el Renacimiento en los "David" de  Donatello y Miguel Ángel, entre otros.


De la escultura griega clásica, podemos destacar el gran uso del bronce y la talla de atletas.


Usaban la armonía entre las proporciones, el principio de la diartrosis y la postura de contrapposto; estos tres definen la escultura de la Hélade.


Los escultores helenos de los siglos V y IV a.C. rompen con la ley de la frontalidad y dotan a sus creaciones de tridimensionalidad.




3. Diadúmeno



CLASIFICACIÓN


Obra: Diadúmeno

Autor: Policleto


Material: Copia romana en mármol


Estilo: Arte Griego


Localización: Museo Arqueológico, Atenas


Cronología: 430 a.C.








Obra del escultor Policleto, de mediados del s.V a.C. Es una copia en mármol del original en bronce. Pertenece, concretamente, al estilo griego clásico.

En el siglo V a.C. la civilización griega alcanza su máximo esplendor. Durante esta etapa, Atenas se convierte en la gran triunfadora de las guerra médicas (sobre los persas). El sistema democrático se impone como forma de gobierno. La atmósfera de autoconfianza, la prosperidad económica y la inclinación antropocéntrica de los griegos , explican la creencia en que el ser humano, mediante la razón, puede perfeccionar el mundo que le rodea.
El espíritu de la época clásica se refleja en la frase de Protágoras “El hombre es la medida de todas las cosas”.

En el terreno artístico ,esta preocupación de los griegos por lo humano tiene buen ejemplo en la escultura. Las representaciones humanas evolucionan desde los rígidos atletas (kuroi) del período arcaico hasta la expresión de emociones , las pasiones o la belleza sensual del período helenístico pasando por el perfecto equilibrio del arte clásico.

Este equilibrio fue alcanzado en Atenas en el programa constructivo del Partenón y en sus eculturas, realizadas por Fidias, paradigma de la perfección y la armonía clásicas.
Fuera de Atenas destaca la figura del gran escultor Policleto, nacido en la Argólida. Teórico de las proporciones, escribe un tratado El Canon en el que la finalidad es buscar lo bello ( kalos) y lo perfecto que viene definido como la armonía entre las partes del cuerpo. Policleto descubre una proporción de todas las partes entre sí y con el todo: es la symmetría o armonía. Para ilustrar su teoría realiza dos obras: El Doríforo o Canon y la que nos ocupa “El Diadúmeno” . La figura representa un joven atleta en actitud de ceñirse la diadema o cinta que le distingue como vencedor. Al igual que el Doríforo, la figura ejemplifica las proporciones ideales, la symmetría, entendida ésta como la conmesurabilidad de las partes. Todas las partes del cuerpo guardan relación entre sí, por ejemplo, la altura del cuerpo es exactamente de siete cabeza, el rostro se divide en tres partes iguales, una es la frente, otra entre la frente y nariz y por último desde ésta a la barbilla .La contemplación de la armonía numérica en los fenómenos tenía para algunos pitagóricos una finalidad espiritual: la contemplación de unas pautas divinas en la naturaleza.

Tanto en el Doríforo como en el Diadúmeno, además de las proporciones existentes, el cuerpo se ordena por un esquema quiástico o contraposto, rompiendo así con la tradicional rigidez del período arcaico: pierna derecha recta, sosteniendo el peso del cuerpo, equilibrada por el brazo izquierdo; pierna izquierda libre pero flexionada con contrapunto en el brazo derecho. El hombro izquierdo aparece más alto y el torso y la cadera se giran levemente. La novedad del Diadúmeno es su mayor naturalidad y menor rigidez, pues es posterior en el tiempo. Los brazos se elevan para ceñirse la cinta, el rostro aparece más relajado y la musculatura está más trabajada siendo el resultado de un mayor naturalismo.
Tanto el esquema quiástico como el sistema de proporciones de Policleto tendrán una influencia decisiva en la escultura del siglo IV (Praxíteles, Lisipo…) e indudablemente también en modelos del Renacimiento italiano, como los de Donatello o Miguel Ángel.

4. Apoxyómeno





CLASIFICACIÓN

Obra: Apoxyómeno


Autor: Lisipo


Material: Mármol (original: bronce)


Estilo: Arte Griego (época helenística)


Localización: Museos Vaticanos, Roma


Cronología: 335 a.C.



Ante nosotros una escultura de bulto redondo de carácter profano realizada en mármol. Se trata de una copia romana en mármol de un original en bronce realizado por el escultor del clasicismo griego Lisipo en el siglo IV antes de Cristo, que se encuentra en el Museo Vaticano.


Recogiendo la tradición que viene del periodo arcaico, consagrada en el siglo V a. C. por Policleto, representa a un atleta desnudo, pero en vez de hacerlo en un momento de triunfo, lo hace realizando un acto cotidiano, limpiándose el sudor, el polvo y el aceite con el que estaba cubierto el cuerpo tras acabar su participación en los juegos, mediante el "strigiles", una especie de espátula usada para esta tarea. Según fuentes antiguas, era el retrato de Agias,atleta y aristócrata de Tesalia del S. V a. C. que fue encargado por un descendiente suyo para un monumento a sus antepasados. El nombre de esta obra es "Apoxyomeno".


Se trata de un nuevo tipo de atleta, que difiere del establecido en el siglo anterior por Policleto. La cabeza es menor que la establecida en el siglo V a. C. y las proporciones del cuerpo mucho más esbeltas, ya que ahora la altura total se corresponde con ocho veces la de la cabeza, mientras que en siglo anterior, la correspondencia era de siete cabezas. Otra novedad es que el cuerpo es más flexible y nervioso y además, en la cara hay una mayor expresividad, una naturalidad inexistente hasta el momento en las representaciones atléticas, mostrando una arruga en la frente y sombra en los ojos dejando entrever tal vez el cansancio o la preocupación por la carrera, frente a la ausencia de cualquier tipo de emoción que caracterizaba a la estatuaria del siglo anterior.


Además del cambio en el canon, Lisipo muestra otra novedad significativa, ya que tras el largo camino emprendido por la escultura griega desde el período arcaico buscando la inserción de la estatuaria en el espacio, la captación del pleno volumen, el maestro lo logra en esta obra, que debe contemplarse desde diferentes puntos de vista para poder ser captada en su totalidad. Ha conseguido la estereometría. Lo ha hecho de la siguiente manera: el brazo derecho estirado avanza hacia el plano del espectador ofreciéndole un escorzo pronunciado, mientras que el izquierdo doblándose por delante del torso realiza la tarea de limpiarse, con lo que impide que una parte del cuerpo se contemple si el espectador permanece inmóvil; la pierna derecha está inclinada hacia atrás en un plano diferente al resto de las otras partes del cuerpo; el contraposto que muestra ya no solo afecta al alineamiento de la columna y a la posición de la cadera y pierna, sino que además el cuerpo aparece girado rotando ligeramente hacia su derecha, mientras que los hombros se muestran inclinados hacia la izquierda y el cuello con la cabeza girados hacia la derecha. Parece haber acabado de pasar de una postura a otra, de apoyar el peso en un pie, al opuesto. Todo ello obliga a moverse alrededor de la figura, solo así puede captarse en su totalidad, ya que su visión varía por completo según se gira en torno a la misma.


En los rostros repite "maneras de hacer" que vemos en otras obras suyas, como el dibujo de la cabeza más redondeado que el óvalo anterior, las mejillas prominentes, los ojos profundos, el cabello desordenado creando claroscuro con los mechones rizados, etc. Se dice que está a medio camino entre la "gracia" de Praxiteles y el "pathos" de Escopas. Lisipo fue uno de los retratistas preferidos por Alejandro Magno, autor de sus retratos áulicos.


5. Laoconte y sus hijos


Estamos en presencia de una obra escultórica de arte griego y perteneciente al periodo helenístico que muestra claramente las características fundamentales de este periodo. Frente al idealismo y al carácter racionalista de  la escultura griega del periodo clásico, donde el respeto al canon corporal y la contención en la expresión del movimiento y el sentimiento se convertían en la principal preocupación del artista – a pesar de la “corrupción” del siglo IV- el “Laoconte” -título de la obra- representa a la perfección la antítesis que supone el periodo helenístico. El contacto de la cultura griega con el arte oriental y la preeminencia de la burguesía como clase social pujante en esta época, a la cual aporta su gusto por el realismo, desconocido hasta entonces en Grecia, determinan las características de este periodo que, como hemos dicho, se hacen paradigmáticas en la presente obra.Se trata de un grupo escultórico que, como podemos ver, representa a un hombre y sus dos hijos  atacados por una gigantesca serpiente.

El tema determina ya de por sí la representación del movimiento violento y exagerado, con los personajes debatiéndose ante el ataque del animal. En este sentido podemos apreciar cómo los cuerpos se contorsionan adoptando posturas forzadas, a lo que contribuye la utilización del escorzo en algunas partes (pierna izquierda de uno de los niños), proporcionando una idea general de gran movimiento y agitación. De la misma manera el racionalismo imperante en el periodo clásico ha desaparecido en lo que respecta al estudio anatómico. Los cuerpos presentan una exagerada musculatura  – no exenta de cierto realismo- y no guardan entre sí las proporciones debidas  – basta observar el tamaño de los hijos en relación al padre, siendo así que sus cuerpos son de adultos- Toda referencia al canon ha desaparecido en esta obra, superando, por tanto, una de las máximas preocupaciones del escultor en el periodo clásico. Otro tanto cabe decir de la expresión de los sentimientos; frente a la contención de los siglos V y IV, el periodo helenístico se caracterizó por un gusto especial por los temas dramáticos y escatológicos: en este sentido el “Laoconte” entra de lleno en este tipo de temas, al representar la l lucha y agonía de sus personajes  ante la inminencia de la muerte. Así los gestos expresan un temor y dolor que nunca podrían encontrarse en periodos anteriores. En este sentido cabe destacar la utilización de la técnica del trépano, especialmente en el pelo del personaje principal, que contribuye al dramatismo de la escena al crear efectos de claro oscuro. Por último cabe destacar la medida composición de la escena; los personajes se disponen formando una forma geométrica, un pentágono que, aunque irregular, parece romper en cierta medida el dinamismo de la composición.

Al fin y al cabo se trata de griego, y a pesar de que corresponde al periodo helenístico, la obra no se ha despojado del todo del racionalismo que primó siempre en la cultura griega y que aquí parece reflejarse en esa composición geométrica perfectamente estudiada. En definitiva estamos ante una magnífica manifestación de la escultura helenística, hasta el punto en que compendia todas las características del arte griego de este periodo, en el cual la Hélade entró en contacto directo con otras culturas – asiáticas-, no pudiendo evitar una cierta “contaminación”, a la vez que los cambios sociales, políticos y económicos – conquista macedonia y primacía de la burguesía- impusieron sus condiciones en el arte, que no hizo más que reflejar las nuevas circunstancias y gustos estéticos.


6. Bronces de Riace


Los Bronces de Riace conocidos también como Los Guerreros de Riace, son una pareja de estatuas griegas del siglo V a.C. Fueron descubiertos El 16 de agosto de 1972 por Stefano Mariottini que se encontraba buceando a unos 8 metros de profundidad y a una distancia de la costa de unos 300 metros.

Estas esculturas tienen un estilo muy peculiar por la posición en que están ubicadas y dan la sensación de estar en posición de protección. Una de las primeras esculturas con barba y rizos largos que sostiene el escudo del cual solo quedaron rastros en el antebrazo y hombro izquierdo, y la segunda es un poco más baja, demostrando a un hombre de pie con el brazo izquierdo plegado que sostenía el escudo que falta .

En estas esculturas podemos ver los detalles de cada una de las dos el Broce del Riace A y el Bronce del Riace B, por la posiciones en las que fueron esculpidas y detalladas una mas pequeña que la otra, la forma en las que las pusieron muestran un balance armónico como que si fueran en marcha; en el cual se resalta muy bien la patente de los tendones de las piernas, venas y particularidades propias de nuestra anatomía humana.

Estas esculturas transmiten la integración de la belleza física del ser humano completo, ambas esculturas representan guerreros, en ellas se puede destacar bien la anatomía humana ya que destaca muy bien las partes del cuerpo, ya que para los griegos la belleza física era integral.

Según los estudios más recientes, el bronce A (dicho 'El Joven') podría representar a Tideo, un feroz héroe procedente del Etolia, hijo del dios Ares. El bronce B ('El Viejo') podría representar a Anfiarao, un profeta guerrero.


7. Gálata Ludovisi

Escultura helenística que representa a un gálata suicidándose tras haber matado primero a su esposa, para no caer en manos de los enemigos griegos. 

Fue encargada por el rey Átalo I, para conmemorar la victoria sobre los celtas (gálatas).

Mide 2,11 m de altura y es la pieza central de un grupo escultórico.

Se trata de una copia romana de un original griego en bronce. El escultor pudo ser Epígonas. Se encuentra dentro de la Escuela de Pérgamo.

Actualmente se encuentra en el Museo Nacional Romano del Palacio Altemps.

Esta obra pertenece a la escuela de Pérgamo y es sumamente interesante por los contrastes que presenta: hombre-mujer, desnudez ascendente- vestido descendente, vivo-muerta, rostro expresivo-rostro inexpresivo, la fuerza hacia arriba que está haciendo el hombre para levantar a la mujer y el peso hacia abajo del cadáver ...

También nos asombra la gran variedad de puntos de vista que crea y que obligan al espectador a moverse en torno a ella.

Su estructura es piramidal, con la espada como eje central, y dos diagonales cruzadas que forman los brazos respectivos de la pareja. Su composición es cerrada, pues están enlazados y tocándose, sin dejar ningún espacio abierto.

La escena desprende mucho dramatismo y mucha teatralidad. Detalles como la sangre que ya empieza a brotar de la herida causada por la espada, confiere mayor realismo a la escultura. O el gesto de desafío del hombre, al girar la cabeza hacia atrás, mirando con valentía al enemigo, como diciendo: "No vas a atraparme vivo, antes me mato yo. "

El hecho de que los griegos representaran al enemigo como seres llenos de coraje y heroicidad era para ensalzarse a ellos mismos por haber derrotado a contrincantes de tan alto nivel.


8. Victoria de Samotracia


Clasificación: Obra de Pithókritos de Rodas. Escultura helenística. Hacia 190 a.C. 2,45 m. Museo del Louvre. París.

Es una obra original, procedente del Santuario de Cabiros, en Samotracia. Realizada en mármol, en bulto redondo. Elevada sobre la proa de un barco de piedra, formaba un espectacular conjunto escultórico erigido en la cumbre de un santuario rocoso, probablemente con una fuente a sus pies en cuyas aguas se reflejaba.

Tema: Es una Niké o Victoria, representada como una mujer con alas que acaba de posarse con brío sobre la proa de un navío. Aún mantiene las alas desplegadas y sus ropas se arremolinan por el viento marino. La estatua ha perdido la cabeza y los brazos. Viste un fino jitón transparente atado con un nudo bajo el pecho, que presiona la tela. Los infinitos pliegues del ligero vestido fluyen alrededor del cuerpo, se pegan al pecho y vientre, insinúan y realzan las bellas formas redondeadas. Descansa el peso sobre la pierna derecha mientras la izquierda va hacia atrás, en una suave y larga ondulación.

La composición es abierta, las líneas eje de la obra son las diagonales y curvas, que producen desequilibrio. De frente, la figura se retuerce y se abre en las dos largas curvas de las alas. Vista lateralmente, se observa una gran línea diagonal que enlazaría desde la pierna hasta la perdida cabeza. El dinamismo de la composición se completa con las múltiples y delicadas curvas del vestido. El movimiento impetuoso de la niké se expresa en los paños que se agitan y vuelan y en las alas desplegadas hacia los lados y atrás. El escultor ha querido captar el instante en que se posa.

El modelado de las formas está conseguido con gran expresividad. El artista ha sabido expresar a la perfección los efectos del azote del viento sobre el cuerpo de la diosa, con un estudio anatómico de gran habilidad técnica. Delinea con pericia los senos, el vientre y las diferencias de grosor de las piernas. El ligero ropaje, de "paños mojados" adheridos al cuerpo, vela las formas y las carga de sensualidad y misterio, volviendo más hermoso el cuerpo de la Niké. El juego de la luz se acentúa en los plegados, creando violentos contrastes de luz y sombra. La factura de la obra es refinada, virtuosa, bien trabajadas las diferentes texturas (telas, plumaje de las alas, etc).

Estilo: la obra presenta las características del arte helenístico, último periodo de la escultura griega: complicación compositiva, ilusionismo escenográfico, grandiosidad y ruptura de la proporción clásica, realismo, ruptura del equilibrio, gusto por el movimiento, la tensión dramática, sensualidad y belleza, habilidad técnica. El autor se basa en modelos clásicos anteriores, percibiéndose la influencia de Fidias en la técnica de paños mojados, pero es más realista.

Función: destinada a conmemorar una batalla naval en que los rodenses vencieron a Antíoco III de Siria. Simboliza el triunfo.

El escultor y su época: la obra, una de las más bellas del mundo antiguo, se atribuye a Pithócritos, escultor poco conocido de la Escuela de Rodas, una de las principales de la etapa helenística (siglos III-II-I a.C). A ella se deben obras tan famosas como el Coloso de Rodas, una de las siete maravillas de la Antigüedad, y los grupos del Laocoonte y sus hijos y El toro Farnesio. 

Tras las conquistas de Alejandro Magno, la cultura griega se difunde y fusiona con la oriental, surgiendo una cultura de gran lujo y refinamiento estético. Es la fase barroca del helenismo, de enorme variedad del gusto: conviven la idealidad y el realismo, la belleza y la deformidad, los temas dramáticos y los cotidianos, representándose todos los estadios del ser humano (de niños a ancianos). Los clientes serían la minoría rica y poderosa de la época.

9. Alegoría del río Nilo


La obra pertenece al arte griego, concretamente pertenece a la época helenística, siglo IV a.C, época en la que cuatro escuelas alcanzan fama y prestigio: Atenas, Alejandría, Pérgamo y Rodas.

Este grupo escultórico se realizó regido por las características de la escuela de Alejandría. Esta escuela mostró complacencia por los temas cotidianos y alegóricos. Representó toda una galería de tipos populares en terracota, piedra o bronce, y simultáneamente desarrolló, en mármol, personificaciones de ideas abstractas, como la Alegoría del río Nilo, definido como un anciano recostado, que porta el cuerno de la abundancia y los símbolos de las tierras que sus aguas fertilizan.

Se trata de una escultura de bulto redondo, en este caso estamos hablando de un grupo escultórico. Es un tema mitológico.

Está realizado en mármol blanco, una piedra dura que crea un aspecto compacto, de solidez y permite una vida más duradera de la obra.

Según Plinio, los dieciséis niños que rodean y trepan por el cuerpo del Nilo representan los dieciséis codos que podían crecer las aguas del río en la estación de la inundación de los campos.

Además de las características propias de las escuelas helenísticas, la escultura griega tiene rasgos que se aprecian en todas las obras escultóricas de la época.

Fijaron como módulo la cabeza y, a diferencia de los egipcios, variaron el canon de belleza ideal del cuerpo humano con el transcurso del tiempo: durante el siglo V la proporción armónica fue de 7 cabezas, y en el s.IV se elevó a 8. Concibieron el desnudo como un esqueleto perfecto, regido por la movilidad de las articulaciones; este principio de la diartrosis les hizo acentuar a división entre en tronco y las extremidades, y dentro del torso marcaron nítidamente los pectorales, la cintura y el pliegue inguinal. Finalmente rompieron con la ley de frontalidad al adoptar la postura de contrapposto, donde una pierna actúa de sostén y la otra se flexiona, desnivelándose la línea recta de las caderas.


10. Hermes con el niño Dionisos




Título: Hermes con Dionisio niño
Autor: Praxíteles
Cronología: 343 aC
Estilo: Griego Clásico
Técnica: Talla
Material: Mármol
Formas: Escultura exempta
Tipología: Grupo escultórico
Cromatismo: Monocroma
Dimensiones: 2,13 m. alto
Localización original: Templo de Hera, Olímpia
Localización actual: Museo Arqueológico de Olímpia





A) Contexto histórico
Período clásico. Los adelantos de la etapa anterior se dejaron sentir sobre todo en Atenas que, una vez consolidada como líder de las otras polis (a partir de la victoria sobre los persas durante las Guerras Médicas) marcó las líneas maestras del arte de aquellos momentos. Los grandes artistas que trabajan en la reconstrucción de la Acrópolis de Atenas, sobre todo Fidias, y otros escultores, como Policleto, llevaron al arte griego a su máxima madurez en cuanto a reflexión filosófica, estética y plástica. En aquel periodo adquirían sentido conceptos como los de armonía, proporción, medida y ritmo, que definían una obra como «bella».


B) Estilo:
Hermes con Dioniso niño pertenece al momento de máximo esplendor del arte clásico, que cuestiona la severidad anterior y apuesta por la suavidad y la armonía. Es el 
«estilo bello», introducido por Praxíteles, Escopas y Lisipo.
Se atribuye a Praxíteles la introducción del desnudo femenino, que queda reservado a la diosa Afrodita. Hacia el 360 aC esculpió una Afrodita en el baño, totalmente desnuda que vendió a los entusiasmados habitantes de Cnidos (Asia menor). Praxíteles escandalizó, porque empleó a su amante, Friné, como modelo.


C) Características formales
La famosa curva praxiteliana, que huye de la línea vertical y estática e imprime airosidad y ligereza a las figuras, hace que el cuerpo de Hermes se desplace del eje vertical y forme una seductora 'S', que le proporciona una sensación de equilibrio entre movimiento y reposo. De la obra de Praxíteles ya ha desaparecido cualquier rastro de rigidez. Parece que lo que hacían los artistas griegos era partir de un modelo real muy formado, del cual iban eliminando los rasgos menos perfectos y los sustituían por las formas de otros hombres más agraciados en aquella parte concreta. En cambio, el tratamiento que tiene el físico del niño no se adecua a unos modelos reales, sino que sigue las proporciones propias de los adultos.

La elevación de la cadera, consecuencia de la ondulación del tronco, la delicadeza con que definió los músculos y el acabado con la técnica del
sfumato, hacen que se pierda tensión y que la figura gane dinamismo. El apoyo del grupo escultórico, innecesario si la escultura hubiera sido hecha con bronce, es el tronco de un árbol cubierto con una túnica.


D) Iconografía, contenido y significado
Según relatos de la mitología griega, Dioniso es el hijo del dios Zeus y Semele, una mortal, hija de Cadmo, rey de Tebas. Zeus, rey de los dioses, mostró con una gran fuerza de rayos y truenos todo su potencial. Al ver el gran poder de Zeus, Semele murió de la impresión y el miedo que le hizo sentir; entonces el dios, que sabía que Semele estaba embarazada, le extrajo el feto que llevaba dentro suyo y se lo cosió en su pierna. Al cabo de 9 meses, según el mito, nació Dioniso, es por esta razón por la que se conoce a Dioniso como «el dios nacido dos veces». Recién nacido fue confiada su custodia a Hermes, también hijo de Zeus.


Función: Es posible que esta escultura se realizara como una alegoría de la paz entre los habitantes de Elis, que tenían a Hermes como patrón, y Arcadia, que tenían por patrón a Dioniso. Por ello Praxíteles optó por una dulcificación de las figuras.



11. Ménade furiosa



La Ménade es una pequeña escultura de bulto redondo que representa una sacerdotisa de Dionisos en su baile ritual, agitada por un impulso frenético. Su autor es Escopas. 

Está concebida para ser vista de lado, desde donde apreciamos el amplio arco que se inicia en su pierna izquierda retrasada, llega desde el vientre y la cintura prominentes y continúa a lo largo del torso y la cabeza, que se doblan hacia atrás todo lo que la anatomía humana permite. La pierna derecha avanza empujando el ropaje, que forma pliegues tan agitados como sus largos cabellos. 

Observada de frente, la figura queda en acusado escorzo y vemos cómo su cabeza está girada hacia la izquierda. Se trata de una postura tan forzada que parece fruto de las convulsiones de un cuerpo que estuviera en pleno trance. Sus ropas apenas lo cubren y dejan al desnudo una belleza esbelta y juvenil, llena de vitalidad. 

Escopas juega con los volúmenes rotundos del muslo, el pecho, el cuello o la cabeza, con línea sinuosa de perfil, con el contraste de la suave textura de la carne, las arrugas del ropaje o la enmarañada cabellera, y también quiere mostrarla llena de sensualidad y erotismo. 

La luz se desliza por las zonas pulidas y en las otras produce fuertes sombras, que acentúan la sensación de dramatismo. 

El patetismo alcanza su culminación en el rostro, vuelto hacia arriba y con una mirada perdida en lo alto, que manifiesta la completa enajenación del éxtasis. 

El antropocentrismo de la cultura griega hace que se atribuyan a los dioses cualidades humanas.

12. Hércules Farnesio



El Hércules Farnesio (Ercole Farnese) es una copia romana en mármol de comienzos del siglo III del escultor ateniense Glicón, de la obra original en bronce creada por Lisipo en el siglo IV a. C. Se encontró en 1546 en las Termas de Caracalla, en Roma y enseguida pasó a formar parte de la colección de escultura clásica del cardenal Alejandro Farnesio, hijo del Papa Pablo III. Durante generaciones decoró el Palacio Farnesio, hasta que en 1787 fue trasladada a Nápoles, junto a toda la colección Farnesio, que se puede contemplar en el Museo Arqueológico Nacional.

La figura de Heracles, el héroe griego, personificaba el triunfo del valor y el coraje del hombre, sobre la serie de pruebas que le habían impuesto los dioses celosos. A él, hijo de Zeus, le habían concedido el don de la inmortalidad. En el periodo clásico, se había acentuado su papel como salvador de la humanidad, pero también poseía defectos mortales como la lujuria y la avidez.

La interpretación que hizo Lisipo del héroe quería reflejar estos aspectos de su naturaleza mortal y le otorgó un retrato que constituyó un modelo durante el resto de la antigüedad y fijó la imagen de Hércules en el imaginario europeo. De hecho, además de la copia de mármol colosal exhibida en Nápoles, se conocen dos estatuas más, una de bronce, copia helenística o romana, encontrada en Foligno y que se conserva en París en el Museo del Louvre, y una de mármol, probablemente griega o del periodo romano, que se puede contemplar en el museo de la antigua Ágora de Atenas.

La estatua representa al héroe fatigado al término de sus trabajos, que descansa apoyándose en su bastón. Sobre el bastón está la piel del León de Nemea, muerto por Heracles en uno de sus trabajos. Con la mano derecha, detrás de la espalda, el héroe aguanta las manzanas de oro del jardín de las Hespérides, que le aseguran la vida eterna. Pero en la figura se representa el cansancio del hombre. La masiva musculatura da la impresión de una potencia exhausta.

El Hércules Farnesio, de 317 cm de altura, fue muy célebre entre los romanos y se han encontrado copias de palacios y gimnasios romanos. Otra copia realizada en la Roma Clásica, más basta se encontraba, desde el siglo XVI al XVIII, también en el patio del Palacio Farnese (llamado el Hércules latino). Esta copia, fue hecha para formar pareja con el Hércules Farnese, y decorar las Termas de Caracalla.



13. Afrodita saliendo del baño


Esta obra es de carácter escultórico, perteneciente al arte griego del periodo Helenístico (360 a.C). Su autor es Praxíteles y el título de la obra es Afrodita saliendo del baño o Afrodita Cnidia.
De temática religiosa, representando a la diosa Afrodita. El material empleado es el mármol, material noble y perdurable, actualmente sin policromías pero pudo haberlas. Está realizada para ser observada frontalmente, ya que es la única perspectiva con la que se percibe completamente la sinuosa forma y su gracia, apreciándose así, la llamada “curva praxiteliana”, contoneo sinuoso de la cadera. La composición es equilibrada, ya que se encuentra apoyada sobre una ánfora, con un paño cogido en la mano (técnica de “paños mojados”). El artista elige para mostrar su cuerpo, el momento en el que la diosa sale del baño, pero aparece con una mano puesta de forma disimulada sobre el pubis, pues el desnudo femenino estaba considerado impropio. Representa la belleza femenina, la armonía entre las partes y el todo. Se observa el empleo sistemático de un canon de proporciones para garantizar el resultado de la obra bien hecha, copia de la realidad y uso de la matemática.
COMENTARIO SOCIO-HISTÓRICO
Praxíteles fue el primer escultor griego en crear una escultura con un desnudo femenino, ya que siempre estaba cubierto por la ropa. La aparición del desnudo femenino implicó un cambio en la mentalidad griega, se pasó de representar a un ideal viril, encarnación de los valores cívicos de la polis a un ideal humano afeminado. Praxíteles une también la observación de la naturaleza con el ideal de belleza, la armonía entre las partes y el todo. Los dioses ya no son encarnaciones místicas sino seres con intensidad y humanidad. En esta época se formula un nuevo sistema de pensamiento racional, basado en la observación, la experiencia y la formulación de leyes, que permiten dar una explicación racional y lógica a los problemas que el individuo se plantea. Esta nueva manera de ver el mundo material dará lugar al naturalismo idealizado que será equivalente a la “copia” de la naturaleza como debería de ser, según un canon de belleza que para el artista griego es igual a ARMONÍA, equilibrio perfecto entre el “soma” (cuerpo) y la “psique” (espíritu) o lo que es lo mismo: el todo como “suma” de las partes.

14. Cabeza de Atenea Lemnia



Creada por Fidias. Se situaba en la Acrópolis ateniense . Podemos apreciar sus encantos por las copias existentes. Hacia el año 450 fue consagrada en la Acrópolis ateniense una estatua de Atenea de bronce, de 2m de altura, que había sido encargada a Fidias por los colonos que partían para la isla de Lemnos. 

A diferencia de la Prómakhos, la Lemnia representa a Atenea en actitud pacífica, vestida con peplo abierto por un costado, con la la cabeza descubierta e inclinada, fija la mirada en el casco que sostiene en la mano derecha. El nuevo esquema tipológico indica que, hacia mediados de siglo, hay una evolución que afecta también al estilo, pues la Atenea Lemnia tiene un ritmo más dinámico y una ponderación más avanzada que la Prómakhos. 

Sin duda alguna, el mayor atractivo de la obra reside en la cabeza, cuya estructura resalta admirablemente por medio de la taenia que la ciñe. La forma esférica de la cabeza y la belleza severa del rostro adquieren toda su fuerza plástica en el perfil, a la que contribuye tanto el modelado de las facciones como el tratamiento del peinado a base de mechones pequeños, independientes y finamente articulados. 

Las novedades introducidas por Fidias en esta obra, que afectan también al tratamiento de los paños, adquieren enorme trascendencia, porque constituyen el punto de partida respecto al nuevo estadio evolutivo alcanzado en la Parthenos, de ahí que la Atenea Lemnia represente un hito en la producción fidíaca.

ARTE GRIEGO

1. Introducción. Los órdenes clásicos

El arte griego es producto de oleadas de pueblos indoeuropeos afincados en la Hélade, que sintetizaron sus aportaciones con la cultura local. Hacia el 1600 a.C. los aqueos fundan el imperio Micénico; y en torno al 1100 a.C., los dorios arruinan a los aqueos.

Posteriormente, este arte influirá en Roma y Bizancio, y será recuperado en el Renacimiento y Neoclasicismo. Pero no solo se produjo arte, los griegos sentaron las bases de la democracia y de la cultura europea.

La arquitectura se forjó a partir de los órdenes clásicos (conjunto de reglas fijas referidas a la escala, la forma y la decoración del edificio). En el s.VII se concretaron los órdenes dórico y jónico. El corintio surgió dos siglos después. 

El hombre era la medida de todas las cosas. La columna se componía de basa, fuste y capitel. El diámetro inferior del fuste constituía la unidad de medida para calcular todas las proporciones. La altura de las columnas y sus estrías variaban según el orden al que perteneciera. El capitel dulcifica la brusca transición entre la columna y el entablamento, y ofrece tipos distintos según el orden: el dórico posee un grueso ábaco; el jónico volutas; y el corintio asemeja un cesto de hojas de acanto

La decoración se centra en el friso que cabalga sobre el entablamento. El dórico es partido por metopas entre triglifos; jónico y corintio presentan un campo liso para desarrollar relieves.

La sobriedad viril del orden dórico se impuso en el Peloponeso y las colonias italianas. La esbeltez femenina del orden jónico apareció en Asia Menor. En el s. V se yuxtapusieron ambos órdenes en el Partenón (dórico en exterior y jónico en interior). El orden corintio tendrá su máxima expansión en el período helenístico.


2. El templo griego: el Partenón

En cuanto a su significación, el templo griego no es lugar de oración. El punto de vista del espectador tenía una significación fundamentalmente externa. En el s. VII a.C. surgen los primeros, su estructura es muy simple: consta de una sala rectangular o naos, que alberga la efigie divina, precedida de un pórtico delantero abierto o pronaos, y secundada en el extremo opuesto por otro pórtico cerrado llamado opistódomo. Se eleva sobre una plataforma de tres escalones (krepis), donde el peldaño superior (estilobato) aguanta el peso del edificio. Alrededor de la naos se habilitó un pasillo exterior o perístasis delimitado por columnas. La arquitectura es arquitrabada, y en época clásica el material fue el mármol, con una policromía final en tonos rojos y azules.

El Partenón es un templo octástilo (8 columnas en la fachada) anfipróstilo (2 entradas) y períptero (con pasillo exterior entre columnas). Se concibió en agradecimiento a la diosa Atenea, que les había conducido a la victoria sobre los persas y mostraba la prosperidad de la época.

Previamente, Pericles tuvo que vencer la oposición de la Asamblea. Este proyecto fue financiado por la Liga de Delos, el botín de campañas militares y la ayuda de ciudadanos libres (dinero y esclavos).

La planificación fue de los arquitectos Ictino y Calícrates, que emplearon exclusivamente mármol pentélico, y redujeron el ancho de las galerías para aumentar el tamaño de la naos. La supervisión general corrió por cuenta de Fidias, a quien también se confió la ornamentación y  la imagen titular de Atenea Parthenos, convirtiéndose en elementos pedagógicos sobre la historia de la diosa. En el 447 a.C. comenzaron las obras; que duraron 15 años. Además, se construyó evitando las aberraciones del ojo humano.

Los frontones

El oriental representa el nacimiento de la diosa Atenea surgiendo, madura y armada, de la cabeza de Zeus. La joven Niké está coronando a la diosa, mientras Hermes y Hefaisto, que han asistido al parto en calidad de cirujanos, corren despavoridos ante el extraño alumbramiento. . Todos los personajes son de idéntica escala, acomodándose con su postura a las pendientes del frontón triangular. Asimismo, las telas de los vestidos se pegan al cuerpo dejando traslucir la anatomía (técnica de paños mojados).    

En el frontón occidental se representa el certamen que se convocó en Olimpo para elegir patrono del Ática. Como finalistas del concurso: Poseidón (hizo brotar un manantial) y Atenea (disparó una jabalina que germinó un olivo). Los dioses y héroes locales, que asisten como jurados, no dudaron en votar a ésta última.

Centauromaquia
Las metopas

Son 92, colocadas en las fachadas menores (este y oeste) y en los flancos mayores (norte y sur). Ilustran 4 ciclos míticos en los que Atenea participó con resultados favorables: la Gigantomaquia, la Amazonomaquia, la Guerra de Troya y la Centauromaquia.




El friso de las Panateneas


Entrega del peplo para Atenea

Fidias plasmó en un friso las grandes fiestas griegas de las Parteneas. Todos los años, la ciudad subía en procesión a la Acrópolis para la ofrenda de ganado a Atenea, distribuyéndose luego la carne entre los asistentes. Eran las Panateneas menores. 

En las Mayores (cada 4 años), las doncellas entregaban a los sacerdotes un peplo que habían tejido para revestir a la diosa.



3.  La escultura griega

Doríforo, de Policleto
Apoxyómeno, de Lisipo
El principal problema que plantea la escultura griega es la falta de piezas originales. Tanto mármoles como bronces (los más usados) son escasos. En el trabajo del mármol también es muy importante la policromía. En la época clásica se lustran y pulen las superficies, para cubrirlas en cal y pintarlas encima. Ante estas carencias la plástica griega es conocida por copias de mármol del período romano, que los Césares y la aristocracia del Imperio ordenaron reproducir para decorar sus palacios, villas, y ciudades.

En la época clásica los griegos reprodujeron la realidad aplicando 3 conceptos a las estatuas: la armonía de proporciones (canon de 7 cabezas en el s.V y 8 en el s.IV), el principio de la diartrosis (acentuada división entre tronco y extremidades) y la postura del contrapposto (una pierna sostiene, la otra se flexiona).


Los grandes maestros del siglo V: Fidias y Policleto

Fidias 

Atenea Lemnia
Fue el primer imaginero del arte clásico occidental. Sus creaciones divinas ofrecen: hermosura de rostro, honesto ademán y gallarda postura. Transmitió al panteón olímpico el nous (Anaxágoras lo definió como espíritu). En su amplio catálogo destacan las tres imágenes de Atenea y el monumental Zeus de Olimpia. Ninguna se conserva, y son conocidas por copias y descripciones literarias.

La desafiante Atenea Promakhos se erigió hacia el año 460 a.C. en la Acrópolis para conmemorar la victoria sobre los persas Era una figura gigantesca de 15 m de altura con casco y lanza. La creciente humanización de los dioses hizo que se recurriese a agrandar sus proporciones para diferenciarlos de los humanos. En el 450 a.C., los atenienses que iban a colonizar la isla de Lemnos encargaron la Atenea Lemnia, que aparece en actitud pacífica, desprovista de armas y con el casco en la mano. La supervisión general del Partenón corrió por su cuenta, y también se le confió la ornamentación y la imagen titular de Atenea Parthenosun coloso d 12 m, labrada en marfil y oro (criselefantina), que presidía la naos del Partenón. Al concluir esta obra, Fidias es acusado de robar materiales destinados al Partenón, por lo que fue deportado. Se refugió en Olimpia, donde realizó el sereno y grave Zeus Olímpico, sentado en el trono y con una representación de la victoria en la mano.


Policleto

Diadúmeno
Fue el único escultor no ateniense del periodo clásico. Su ciudad natal fue probablemente Argos, especializada en el trabajo del bronce, lo que le permitió formarse en esa técnica. Era un especialista en atletas victoriosos, estatuas de tamaño natural, rostro ideal, impersonal. Escribió un tratado, el kanon, en el que fijó el canon 7 cabezas como ideal de belleza.

Policleto sintetizó todas sus ideas en el Doríforo, un joven en actitud de avanzar que porta la lanza en la mano izquierda, apoyándosela en el hombro. Fue fundida en bronce en el 440 a.C. y presenta los grandes logros de la escultura griega del s.V: canon de 7 cabezas, principio de diartrosis y ruptura de la ley de frontalidad mediante el contrapposto

La iconografía viril de Policleto se enriqueció con el Diadúmeno (430 a.C.) atleta captado en el momento en que se ciñe la cinta de los campeones atléticos.

Los grandes maestros del siglo IV: Praxíteles, Escopas y Lisipo

Durante los últimos años del s.V y principios del s.IV, desde el equilibrio clásico se avanza hacia el realismo, con la incorporación de temas tanto patéticos o crueles como íntimos o tiernos.

Tres nuevas tendencias iluminaron la plástica griega del s.IV: expresar las emociones líricas (charis praxiteliana), explotar el estado dramático (phatos escopásico), y la fusión que hace de ambas tendencias Lisipo acuñando un nuevo canon de belleza, inspirado en 8 cabezas.

Praxíteles nació en Atenas. Aprendió de su padre. Sus obras de juventud apuntaron a temas agradables, llenos de encanto, tratados con suavidad y reflejados a través del rítmico contoneo sinuoso que se ha dado en llamar curva praxiteliana. Su obra maestra (360 a.C.) es la sensual Afrodita saliendo del baño. Se trata del primer desnudo íntegro femenino del arte griego. La gracia y serenidad de esta Afrodita motivó que fuera muy solicitada por la clientela del mundo antiguo, reproduciéndose infinidad de copias y adaptaciones. El único original que se conserva de este autor es el Hermes con el niño Dionisos en brazos, que debió realizar en el 330 a.C. (se trataba de una ofrenda al templo de Hera en Olimpia) y constituye un compendio de su arte.


Frente a la simpatía de Praxíteles, Escopas ahonda en los estímulos patéticos dando origen a individuos atormentados e inflamados de pasión. Sus trabajos se desarrollaron en mármol. Representa a héroes trágicos y muestra predisposición por los irracionales y embriagados integrantes del cortejo dionisíaco. Su instintiva Ménade furiosa retratada en plena orgía, con un cabrito muerto sobre los hombros, muestra el pathos escopásico, que el artista conseguía al complementar el dinamismo del cuerpo con rostros de bocas anhelantes y ojos profundos.



Lisipo era broncista. Volvió nostálgico los ojos hacia el Doríforo y revisó el canon de belleza convirtiendo la cabeza en una octava parte de la escultura total del cuerpo humano. Los cronistas antiguos le atribuyen 1500 obras. Se trata de esculturas e imágenes de gran realismo e intensidad que se mueven en el espacio. La más celebre, conocida por una copia romana es el Hércules FarnesioLisipo fue el escultor predilecto de Alejandro Magno. A través de sus esculturas se abren las puertas al pleno helenismo. Además, esculpió el Diadúmeno, atleta que se retira el aceite y la arena con un estrígilo.



4. El período helenístico

El helenismo supone la universalización de la cultura griega que se une a un mundo diferente, el oriental, lo que hace que se produzca una nueva concepción de la vida y unos nuevos valores. En menos de 40 años, desde la aparición de Alejandro Magno en Grecia se dio un cambio radical en la concepción política, la interrelación económica y los profundos cambios en la sociedad.

La demanda artística en el mundo griego hasta este momento viene determinada por las polis y con una finalidad básicamente religiosa. Los clientes en la época helenística fueron personajes poderosos, monarcas, generales, cuyas voluntades individuales debían plasmarse a través del arte, donde se elegía el tema de lo real: los proyectos de los gobernantes y sus realizaciones. Los artistas, y en especial los escultores han de tener en cuenta cómo es la sociedad ya que es sin duda la principal cliente. 

En este periodo se producen grandes desplazamientos de gente a las grandes ciudades como Alejandría y Pérgamo, con lo que la mezcla cultural hacía difícil una comprensión común por parte del espectador. Los temas exóticos, las emociones violentas, los temas costumbristas, los sensuales… serán los propios de un periodo en el que el carácter heterogéneo de la sociedad llevaba a la elección de temas de fácil comprensión que no necesitaban mucho aleccionamiento cultural.

La etapa helenística supone un trabajo más de taller. La cara era obra del artista, pero la actuación de los ayudantes era preponderante, y permitían mayor cantidad de réplicas de obras originales. También les preocupa introducir un mayor colorismo y las combinaciones de mármoles blancos y de colores predominando las granulosidades distintas.

Las grandes creaciones pertenecen al campo de la escultura. En él se ofrecen soluciones satisfactorias en el orden técnico e iconográfico: las estatuas pierden el punto de vista frontal a favor de su visibilidad desde todos los ángulos. Se resuelve también el problema de la torsión del cuerpo, con figuras girando en espiral, y surgen grupos complejos integrados por varios personajes. Se cultivan las 3 edades de la vida. Los modelos pueden ser griegos o extranjeros, vestidos o desnudos, y triunfa la alegoría. Destacan 4 grandes escuelas:

Atenas: cultiva el retrato de los intelectuales. Paralelamente surge una escuela neoática, caracterizada por copiar y rejuvenecer los modelos clásicos d los s. V y IV.


Alejandría mostró temas cotidianos y alegóricos. Representó toda 1 galería d tipos populares en terracota, piedra o bronce y simultáneamente desarrolló en mármol, personificaciones d ideas abstractas: Alegoría del río Nilo.




Pérgamo se inclina por temas patéticos de sentimientos violentos. Sus obras más importantes fueron: la Gálata Ludovisi y el Altar consagrado a Zeus y Atenea.






Rodas toca temas dramáticos, profundizando en la emoción del sufrimiento y acentuando el dolor. Su creación más importante fue el Laoconte y sus hijos, realizada por los escultores Agesandro, Polydoro y Athenodoro para decorar la Domus Aurea de Nerón; y la Victoria de Samotracia. Esta escuela sigue la línea de Escopas.