El problema
fundamental a la hora de tratar la novela en la Antigüedad clásica es el de su indefinición. Las
primeras novelas surgen en época muy tardía, cuando los griegos ya habían
fijado un nombre y características para cada género, y la novela no encuentra
acomodo en ninguno de ellos. A principios del siglo V Macrobio, escritor
latino, la define como “narraciones de tema amoroso cuya finalidad es pura
diversión”. Es un producto de un mundo en decadencia, en crisis
política, social y religiosa, un género abierto en el que se mezclan
historia y ficción, prosa y poesía, amores y aventuras.
Por encima de los múltiples aspectos
que las diferencian, todas las novelas de la Antigüedad clásica tienen algunos rasgos
comunes: la presencia del tema amoroso como núcleo de la trama, que sitúa
la novela en la esfera de la vida privada, ajena a los movimientos políticos y
sociales, y el continuo viajar de los protagonistas, que complica la trama
inicial con múltiples aventuras. Sin embargo, se pueden distinguir dos grupos
con notables diferencias entre sí:
-
novelas románticas, idealistas, escritas en griego y vinculadas al mundo
helenístico.
- novelas cómicas, originadas en el mundo
romano, con características específicas en su técnica literaria y en su
intención. A este tipo pertenecen las dos únicas novelas latinas: el Satiricón de Petronio y El Asno de Oro de Apuleyo.
La
novela latina: el primer elemento característico es su tono satírico,
propio del carácter itálico; las novelas romanas incluyen parodias de todo tipo
sobre cuestiones religiosas, literarias y sociales, pero su intención no es
moralizante: sus protagonistas no intentan cambiar un mundo hostil, sino sobrevivir
en él.
En el aspecto formal, destacan por su
perfección; a pesar de su carácter popular, la novela cómica, por su fina
ironía, no puede ser entendida sino por un público que tenga una educación
literaria. Los novelistas complican la trama con gran cantidad de
aventuras, relatos novelescos independientes con entidad y valor artístico
propios, sin que por ello se deteriore el sentido del conjunto. Se trata, pues,
de un género literario con características propias en el que confluyen las
influencias de los cuentos milesios, la sátira y el mimo.
2. Petronio: El
Satiricón
Tanto la fecha de la
composición como la autoría del Satiricon son cuestiones abiertas sin una
solución definitiva, pero íntimamente relacionadas. La mayoría de los
estudiosos la sitúan en los últimos años del reinado de Nerón, siendo su autor
Petronius Arbiter, un consular al que se refiere Tácito en sus Annales, un aristócrata de
gustos refinados, que fue procónsul en Bitinia, donde demostró una considerable
capacidad e inteligencia en el desempeño del cargo. Pertenecía al círculo de
íntimos de Nerón, que lo consideraba “arbiter
elegantiae”; sin embargo, fue acusado de participar en la conjura de Pisón
y, sin esperar a ser condenado, se dio muerte serenamente en el 66 d.C.
El Satiricón nos ha llegado extraordinariamente
fragmentada; parece, por los fragmentos conservados que debió tener al menos 16
libros. Es una obra muy compleja, no sólo por su trama, sino también por la
gran cantidad de géneros que confluyen en ella. El relato principal, en primera
persona, se centra en las vergonzosas aventuras del propio narrador,
Encolpio, y de su amante Gitón, joven hermoso y sin escrúpulos.
Parodiando la Odisea, el protagonista es
zarandeado de un lado a otro a causa de la ira de Príapo, obsceno dios de la
fertilidad, como Ulises a causa de la ira de Poseidón.
En la novela se insertan
numerosos episodios menores con valor y entidad propios; el más extenso y de
mayor importancia de los conservados es el llamado La cena de Trimalción, en el
que narra el banquete ofrecido por el liberto Trimalción, recientemente
enriquecido, y su esposa, al que asisten los protagonistas. El tema le sirve a
Petronio para trazar una viva caricatura de la vulgaridad de esa clase de
nuevos ricos que proliferaban en la época imperial, logrando con este retrato
una de las figuras más logradas de la literatura romana. Además de otras
narraciones cortas como la de la Matrona de Éfeso y El muchacho de Pérgamo, incluye
también gran número de pequeñas poesías y poemas extensos, destinados a un
público entendido y culto.
Con El Satiricon Petronio
consigue una obra totalmente nueva y original, que se adaptaba bien al gusto de
la época y representaba a la perfección el espíritu escéptico y epicúreo de su
autor. Al ser difícilmente clasificable, se relaciona esta obra con la sátira
menipea de Varrón, por su tono paródico y burlesco, así como por la mezcla
continua de prosa y verso. Visible es también su relación con las fabulae
milesiae, narraciones cortas de alto contenido erótico surgidas en Asia
Menor en el siglo II a.C., sobre todo por la concatenación de distintos
episodios. Se trata, en fin, de una obra distinta, original y
extraordinariamente compleja, en la que, partiendo formalmente de la sátira
menipea, el autor introduce rasgos distintivos tomados de las novelas de
viajes, así como de una parodia de las novelas de amor.
3. Apuleyo: El
Asno de Oro
Apuleyo nació en Madaura, en la
provincia africana de Numidia. Su nacimiento se fija en torno al 125 d.C.; gozó
de una desahogada posición económica y recibió una educación esmerada, primero
en Cartago y posteriormente, al quedar huérfano y cobrar una importante
herencia, en Oriente, Grecia e Italia. En Atenas se interesa fundamentalmente
por la filosofía, sobre todo por la escuela platónica; a esto añade su afición
por las religiones orientales y por los cultos mistéricos. Vivió en Roma, donde
estudió retórica y ejerció como abogado y finalmente se estableció en Cartago,
donde difunde, en latín y en griego, sus conocimientos filosóficos,
religiosos y retóricos, y gozó del reconocimiento de sus conciudadanos. Se
piensa que murió en torno al 180 d.C.
Apuleyo fue un
escritor con una abundantísima producción que abarca obras de filosofía,
discursos y poesía, de las que una gran parte se ha perdido. Sin embargo, su
fama va unida a su novela El
Asno de Oro. El título original parece que fue el de Metamorfosis, con el que se
alude a la transformación del protagonista en asno y a otros cambios y hechizos
de los que el libro está lleno, pero ya desde la Antigüedad se popularizó el segundo título.
Apuleyo sigue alguna narración griega, como él mismo afirma en el prólogo de su
obra, pero interpreta libremente el modelo precedente, cambiando nombres y
circunstancias e impregnando la obra de su espíritu, de su particular afición
por la magia y por los misterios.
El autor construye en once libros una
novela de aventuras con un fondo místico-religioso. El episodio central de la
obra es la transformación por arte de magia en asno de Lucio, un joven de
Corinto, y las peripecias que sufre hasta recuperar la forma humana gracias a
la intervención milagrosa de Isis. Es un relato en primera persona en el que se
narran múltiples y fantásticas aventuras cuyo nexo de unión es Lucio,
transformado en asno. La obra se puede estructurar en los siguientes
bloques:
1) Primer bloque: libros I -III. Lucio es
convertido en asno por un error en los encantamientos en Tesalia; la casa
es saqueada por unos ladrones que se llevan consigo al asno junto con todas las
caballerías.
2) Segundo bloque: libros IV-VI. Las desventuras de
Lucio en poder de los ladrones. Incluye el episodio más importante y de mayor
valor literario de toda la obra: la fábula
de Cupido y Psique. Este hermosísimo cuento narra la historia de
Psique, una joven de extraordinaria belleza de la que el dios Cupido se
enamora. El dios, que había prohibido a la joven que lo contemplara, sólo se
reunía con ella al caer la tarde. Una noche, movida por la curiosidad, Psique,
mientras Cupido duerme, acerca una lámpara de aceite para poder verlo; el dios
se despierta y, enfadado por su desobediencia, la abandona. Psique inicia la
búsqueda de su amante por toda la tierra, sometida a pruebas inhumanas por
parte de los dioses. Finalmente, Júpiter consiente el reencuentro de los
amantes y Psique asciende al cielo.
Muchos han visto en la interpretación de este
cuento el platonismo de su autor: Psique sería una alegoría del alma que busca
la perfección en su unión con la divinidad.
3) Tercer bloque: libros VII-X. Narra el peregrinar
del asno por distintos amos, hasta que lo llevan a exhibirlo en un teatro al
descubrir sus facultades extraordinarias. Finalmente logra escapar.
4) El libro XI: Isis devuelve la forma humana a Lucio;
ceremonia de iniciación de Lucio en los cultos de Isis.
El
Asno de Oro es una obra de
difícil clasificación. Es manifiesta la influencia de las fábulas milesias,
pero también obtiene materia e información de la fabulística sacra, que surgía
en los templos y sectas; difundían vida y milagros de dioses,
apariciones y toda clase de portentosas aventuras. La obra de Apuleyo se
diferencia del Satiricón de Petronio por la ausencia de
versificación y por el tono místico-religioso, totalmente alejado de la obra de
Petronio.
En cuanto al estilo, destacan la
artificialidad y la extravagancia verbal tomadas de la segunda sofística.
Apuleyo es un maestro de la llamada elocutio
novella, que combina arcaísmos y helenismos, vulgarismos y neologismos.
Está también patente la influencia de la escuela oratoria asiánica.
La influencia de la novela de Apuleyo a partir del Renacimiento
ha sido muy importante. Boccaccio, la novela picaresca española, Calderón
o La Fontaine son deudores de la obra del escritor latino. Por otro lado, la
influencia del relato de Cupido y Psique ha sido enorme en la literatura y el arte
occidental.
Muy bueno!!!
ResponderEliminarCalderón o La Fontaine son deudores de la obra del escritor latino. Por otro lado, la influencia del relato de Cupido y Psique ha sido enorme en la literatura y el arte occident https://symcdata.info/el-arte-en-el-imperio-inca/
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