Épica





La poesía épica
1- Definición
2- Orígenes
3- Características
4- Autores y obras
       4.1 Época arcaica
              a) Homero: La Ilíada y La Odisea
              b) Hesíodo: La Teogonía y Los Trabajos y los días
       4.2 Época Helenística  


1-Definición

La palabra épica procede de la palabra griega pos que significa relato o canto.
La poesía épica canta las hazañas de los héroes y dioses.
Este tipo de literatura pretende exaltar los valores de una civilización aristocrática: el valor de la guerra, predominio del papel del héroe por encima del papel del pueblo y la exaltación de los valores de la nobleza.

2-Orígenes

Es imposible encontrar los orígenes de la épica griega.
Las primeras obras épicas que conocemos son las obras de Homero la Ilíada
y la Odisea, sin embargo sabemos que no fueron las primeras que se compusieron porque son obras muy acabadas y de un gran valor literario, sin duda producto de una larga tradición.
Los primitivos autores de épica eran los aedos, que iban de palacio en palacio cantando sus canciones para entretener a la corte a cambio de un sueldo.
Los aedos cantaban las canciones improvisando según el momento y el gusto del público tomando el argumento de los cuentos de la tradición que conocía el pueblo.
Los aedos pronto fueron sustituidos por los rapsodas que ya no cantaban sino que recitaban esos mismos poemas marcando el ritmo con la ayuda de un bastón.
Las canciones pasaron de generación en generación transmitidas oralmente.

3-Características

a) El metro:  La poesía épica estaba compuesta en versos de medida uniforme y ritmo rápido: el hexámetro dactílico.
Se trata de un verso compuesto por seis pies o medidas formadas cada una de ellas por una sílaba larga y dos breves –vv (dáctilo), o por dos sílabas largas - - (espondeo).
Lo normal es que en el hexámetro predominen los dáctilos: -vv  -vv  -vv  -vv  -vv  --
El uso de esta métrica tan regular hacía más fácil a los aedos y rapsodas aprender los poemas de memoria y que éstos pudieran pasar de generación en generación.

b) Las fórmulas: son construcciones verbales que se repiten una y otra vez para facilitar su memorización.
Estas fórmulas épicas suelen ser nombres y epítetos de héroes.
Ejemplos: “divino Odiseo”, “Héctor el de tremolante casco”, “Aquiles el de pies ligeros”, etc.
Mientras el poeta cantaba automáticamente estas fórmulas que se correspondían con fragmentos de hexámetros podía ir pensando los versos que tenía que cantar más tarde.

c) Repetición de versos completos: También para facilitar la labor de composición, en el mismo momento de la ejecución el poeta o rapsoda repite algunos versos que sabe de memoria mientras piensa en lo siguiente que va a interpretar. Normalmente son versos que se refieren a descripciones de amaneceres, de atardeceres, etc.

d) La lengua usada: Las obras épicas están compuestas en el dialecto jonio preferentemente, puesto que  fue en la región de Jonia donde parece que nació la épica. Junto a este dialecto aparecen rasgos de todos los dialectos griegos: eolismos, etc.

e) Invocación a la Musa: Todos los poemas invocan a la musa para que ésta inspire al poeta, puesto que los aedos no tienen conciencia de ser ellos los verdaderos autores de los cantos, sino que sienten que es la propia musa la que habla a través de su boca.

f) Digresiones: Son frecuentes las digresiones que desvían la narración principal hacia temas que no tienen nada qué ver con el argumento central del poema: descripciones de objetos, tareas domésticas, rituales religiosos, etc.
Gracias a estas digresiones conocemos detalles de la vida cotidiana, costumbres, etc.

4. Autores y obras


4.1 Época arcaica

     a) Homero: la Ilíada y la Odisea

Es muy probable que los poemas atribuidos a Homero fueran en realidad el resultado de unir diversos cantos de creación y difusión oral que los aedos cantaban como episodios autónomos  ante su público. Se ha considerado que Homero fue el poeta que unió estos relatos y les dio unidad formando los grandes poemas épicos la Ilíada y la Odisea.

Sabemos muy poco de Homero. Es muy probable que fuera un aedo que vivió y trabajó en Jonia que compuso la Ilíada y la Odisea entre mediados y finales del siglo VIII a. C.

Homero fue el poeta más admirado en la cultura griega, hasta el punto de que en ninguna época posterior se cuestionó el valor de su obra. Aunque sus poemas no pueden considerarse en absoluto textos litúrgicos, los rapsodas los recitaban en la celebración de las fiestas Panateneas en la Atenas del siglo V a. C., y en la educación de los jóvenes griegos se incluía la memorización de la obra homérica. Esta veneración seguramente contribuyó a salvar los poemas de su fragmentación en los primeros siglos.

La Ilíada es un gran poema épico que exalta el valor guerrero.
La obra trata la guerra de Troya que duró diez años, pero se centra en un episodio concreto de ésta: la cólera de Aquiles.
El poema comienza cuando el rey Agamenón, jefe del ejército aliado contra Troya, ofende al héroe griego Aquiles al quitarle a la joven prisionera troyana Briseida que le ha tocado en suerte en el reparto de prisioneros.

Aquiles es muy necesario para que los aliados ganen la guerra pero, ante la ofensa que le inflinge el rey Agamenón, el héroe se retira de la guerra con su ejército de mirmidones.

La consecuencia de esta retirada es que los troyanos logran poner en apuros a los aliados.

Héctor, principal héroe troyano e hijo del rey de Troya Príamo, comienza a causar una gran  cantidad de muertos entre las filas griegas.

Patroclo, íntimo amigo de Aquiles, ruega al héroe que vuelva a incorporarse
a la lucha, sin embargo al no conseguirlo él mismo se disfraza con las armas de Aquiles para animar a los griegos y atemorizar a los troyanos.
Patroclo se lanza a la lucha con las armas de Aquiles, sin embargo, como no tiene su fuerza cae muerto en la lucha a manos de Héctor.

Cuando Aquiles conoce lo sucedido se llena de rabia y regresa a la lucha para vengar a su amigo.

Aquiles logra derrotar a Héctor y se ensaña con su cadáver atándolo a su carro y dando vueltas alrededor de Troya hasta destrozarlo. Pero finalmente, tras una advertencia de los dioses, Aquiles acepta devolver el cadáver al rey de Troya para que lo entierre según la costumbre.

La obra termina con los funerales de Patroclo y Héctor.
Al final del poema vence la compasión por encima de la sed de venganza lo cual expresa la visión humanista de Homero.

La Odisea es un relato de aventuras que gira en torno a la figura de Odiseo
(los romanos lo llamaban Ulises), uno de los héroes que contribuyeron a la destrucción de Troya.
Al igual que en la Ilíada, el autor centra los acontecimientos en un episodio que dará cohesión  a las diferentes aventuras del héroe: el regreso a su hogar, Ítaca, y la recuperación de su reino.
La estructura narrativa del poema es más compleja por cuanto las digresiones suponen simultanear dos acciones (Odiseo, por una parte, y Telémaco, su hijo, que lo busca, por otra) y un salto temporal en el que el propio Ulises pasa a ser el narrador de sus aventuras pasadas.

Al comienzo del poema, Odiseo se encuentra en la isla de la ninfa Calipso, quien ha de dejarlo marchar tras decidir los dioses, a petición de Atenea, permitirle el regreso a su hogar.

Pero en Ítaca, su esposa, Penélope, se encuentra asediada por pretendientes, que dan al héroe por muerto y le exigen que elija a uno de ellos como esposo, mientras consumen la hacienda de la familia.

Ante esta situación, Telémaco, el hijo de ambos, decide partir en busca de noticias de su padre a los reinos de otros héroes que volvieron de Troya, como Menelao y Néstor.

De regreso a su patria, Poseidón hace naufragar a Odiseo, quien recala en el país de los feacios. Allí, su rey, Alcínoo, lo acoge con hospitalidad y, al reconocer al héroe, éste relata sus infortunios desde la partida de Troya: la sucesiva pérdida de su flota y sus compañeros entre tempestades; los enfrentamientos con seres monstruosos, como el cíclope, los lestrigones, las sirenas o Escila y Caribdis; la ira de Helios cuando devoran sus bueyes sagrados, o la transformación en cerdos a manos de la maga Circe.

Al terminar su relato, los feacios lo obsequian generosamente y, después de un viaje milagroso, llega a Ítaca. Allí, tras el reencuentro con su hijo y su esposa, cuenta una vez más con la ayuda de Atenea para eliminar a los pretendientes y restituir su autoridad.

El tono de la Odisea es, indudablemente, menos guerrero que el de la Ilíada, de modo que la obra, más que a la exaltación de los valores aristocráticos, responde a la estructura tradicional del cuento de aventuras.

Las diferencias con la Ilíada se extienden, lógicamente, a una mayor presencia del mundo doméstico y de estratos sociales más diversos que los héroes y los dioses. Incluso la actitud de los dioses es muy diferente: frente a las actuaciones bastante crueles y caprichosas de los dioses en la guerra de Troya, que en ocasiones parecían buscar la mera diversión, en la Odisea sus intervenciones están guiadas por motivaciones más éticas y por la búsqueda de justicia.

       b) Hesíodo: la Teogonía y los Trabajos y los días

Hesíodo nació en Ascra (Beocia) a mediados del siglo VII a. c.  Gracias a sus propios escritos conocemos algunos datos sobre su vida, como por ejemplo, que su padre fue comerciante y que tuvo algunos pleitos con su hermano Perses.

Empleó en sus obras el mismo tipo de versos y el mismo lenguaje que Homero, pero su contenido es muy distinto; se distingue de él, fundamentalmente, en el fin didáctico de sus poemas.

A finales del siglo VII a. c. compuso sus dos obras: la Teogonía y Los trabajos y los días.

▪ La Teogonía narra el origen y la genealogía de los dioses y héroes griegos,
así como los sucesos que dieron lugar al orden existente en la época.
Se perciben diversas influencias orientales (babilonias, mesopotámicas, fenicias, etc.) que explican ciertas diferencias con Homero en las historias de los dioses.
La obra no es un simple catálogo de familias de dioses, sino un intento de explicar el orden del mundo. En la obra los dioses antropomórficos como Zeus (hombre maduro, rey de los dioses de la justicia y las tormentas) conviven con divinidades más abstractas (como la Pena). La visión delos dioses y su influencia en  el mundo, y sus relaciones con el ser humano que recoge Hesíodo siguió vigente hasta la época clásica. 



▪ Los Trabajos y los días es un poema didáctico-moral (contiene numerosos
consejos sobre la agricultura ) en el que el autor explica las duras condiciones de vida de los seres humanos en la edad de hierro, época en la que le ha tocado vivir. Al mismo tiempo, constituye una reflexión sobre la justicia en un momento en el que se desmontan los valores de la vieja aristocracia, combinada con consejos prácticos para el trabajo en el campo y para el éxito en la vida doméstica.


Tras los grandes poemas de Homero y de Hesíodo, no disponemos de obras épicas completas hasta Apolonio, sin embargo, se sabe que hubo un buen número de poemas épicos que desarrollaban temas homéricos (como, por ejemplo, el plan de Zeus para aliviar el exceso de población mediante la guerra de Troya) o asuntos relacionados con la obra de Hesíodo (como la  batalla de los titanes),que seguían siendo recitados por rapsodas tal vez hasta el siglo V a. C. Sin embargo, solo se conservan fragmentos breves o referencias a estos poemas en otras obras.
      
4.2 Época helenística: Apolonio de Rodas 

Apolonio de Rodas (así llamado por haber vivido en esta isla durante parte de su vida)  nació en Alejandría en el siglo III a. C. y llegó a ser director de la célebre biblioteca de su ciudad.

Compuso un poema épico titulado Argonáutica, de unos seis mil hexámetros distribuidos en cuatro cantos. Es el único poema largo conservado de época helenística, en el cual los valores guerreros, tan importantes en las composiciones homéricas, ceden protagonismo a la empresa aventurera y al gusto por la superación de pruebas tan cercano al cuento folclórico. Además, abundan las escenas sentimentales, en contraste con la contención de sentimientos de la épica arcaica (basta recordar, por ejemplo, el reencuentro de Ulises con su hijo o con su esposa).

Apolonio se inspiró en un mito muy antiguo que relataba el viaje de los navegantes de la nave Argo hasta la Cólquide en busca del vellocino de oro.

En su poema, narra las hazañas de los héroes capitaneados por Jasón y la relación amorosa entre éste y Medea.

Concluye el poema con la llegada de los héroes a la Cólquide, donde Jasón encontrará por fin el vellocino de oro con la ayuda de Medea.
Entre las virtudes de esta obra cabe destacar la complejidad psicológica de los protagonistas.

Jasón es débil, carece de heroísmo y, por momentos, se muestra impotente ante las situaciones a las que ha de enfrentarse. Medea, por su parte y de modo simultáneo, es capaz de mostrar toda la dulzura de la mujer joven que se enamora por primera vez y de ser una terrible bruja dispuesta a traicionar a su padre y a su país solo por el hombre del que se ha enamorado. Este personaje, complejo, fue el modelo en el que el poeta romano Virgilio se inspiró para crear el de Dido, la reina de Cartago, en la Eneida.




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