Alma, mente: Sustancia pensante, es decir, sustancia (véase), cuya naturaleza o esencia consiste en pensar (cogitare. Véase cogito). Es realmente distinta e independiente del cuerpo, como lo demuestra el hecho de que podemos concebirla sin necesidad de recurrir a la idea de este.
Descartes utiliza a menudo la expresión “unión sustancial” (de origen aristotélico y empleada por los escolásticos) para referirse a la relación entre el alma, o mente, y el cuerpo. Sin embargo, su doctrina es radicalmente distinta de la escolástica: para esta, la unión “sustancial” comporta que alma y cuerpo constituyen una sustancia, mientras que para Descartes se trata de dos sustancias.
Cogito: Literalmente, yo pienso. Con esta palabra suele aludirse a la fórmula completa, cogito, ergo sum (“pienso, luego existo”) en que se expresa la primera verdad del sistema de Descartes.
El pensamiento es la esencia o naturaleza del alma y comprende todos los actos de los cuales el sujeto es consciente de modo inmediato. Descartes lo explica así: “En la palabra “pensamiento” (cogitatio) incluyo todo lo que está en nosotros, de tal modo que somos conscientes inmediatamente de ello. Así, pensamientos son todas las operaciones de la voluntad, del entendimiento, de la imaginación y de los sentidos. Ahora bien, he añadido la palabra “inmediatamente” con el fin de excluir todo lo que se sigue de aquellas operaciones: por ejemplo, el movimiento voluntario tiene ciertamente el pensamiento como principio, pero él mismo no es, sin embargo, pensamiento”.
Cognoscibles: aquellos conocimientos que podemos inteligir mediante nuestra razón, y aquí descartes se refiere a los conceptos simples. Posteriormente descompondrá las partes complejas en simples para poder analizarlas con claridad y distinción.
Cuerpo, materia: Cuerpo es sustancia extensa (véase sustancia). Descartes propone la siguiente definición: “Se llama cuerpo a la sustancia que es sujeto inmediato de la extensión local y de los accidentes que presuponen la extensión como las figuras, la situación, el movimiento local, etc”.
Al reducir el cuerpo (la materia) a la extensión, Descartes propició una concepción mecanicista de la
naturaleza.
Dios. Sustancia infinita (véase sustancia). Descartes lo define como “aquella sustancia que entendemos que es sumamente perfecta y en la cual no concebimos absolutamente nada que contenga algún defecto o
limitación de perfección”.
Descartes sostuvo que la existencia de Dios puede ser demostrada a partir de la idea de “lo sumamente perfecto” mediante dos argumentos: a) el argumento basado en que la realidad objetiva de esta idea solamente puede ser causada por un ser que posea tal realidad efectivamente, y b) el argumento “ontológico” según el cual la idea del ser sumamente perfecto incluye todas las perfecciones y, por tanto, incluye la existencia real del mismo.
Duda: Es el fundamento de la filosofía de Descartes. Este pretende alcanzar un conocimiento verdadero, más allá de toda duda. La duda es universal, porque se aplica a todo el saber que la razón no haya examinado y reconocido como verdadero, y es metódica, en el sentido de que no es escéptica, no niega que exista la verdad, sino que, como primer paso del método, pretende evitar que se consideren verdaderos juicios dudosos y así poder alcanzar un conocimiento absoluto y seguro.
Evidencia. Es el criterio de verdad planteado por Descartes. Una proposición es verdadera cuando la razón intuye que lo es; dicho de otra manera, cuando la razón concibe de forma clara y distinta sin ningún género de duda que tal proposición es verdadera. La evidencia es, por tanto, un acto del pensamiento, de la razón, no de los sentidos, pues estos nos engañan.
Idea: En Descartes, las ideas son el objeto del pensamiento y como tales ideas indudablemente existen en él, aunque esto no quiere decir que se correspondan con una realidad exterior. Son representaciones del sujeto, no cosas del mundo externo. Se dividen en innatas, adventicias y facticias. A partir de las ideas innatas, de la idea innata de infinito, el sujeto supera el aislamiento demostrando la existencia de Dios y, a través de este, del mundo.
Intuición: Captación simple e inmediata de un objeto por la mente. Descartes la define como “la concepción de una mente pura y atenta, tan fácil y distinta que en absoluto queda duda alguna sobre aquello que entendemos”. Es una operación primaria de la mente (véase método) y exclusiva de ella (sin participación de los sentidos) que se caracteriza por a) su simplicidad; b) la evidencia con que lo intuido se presenta al pensamiento y, en consecuencia, c) su infalibilidad y certeza.
La intuición previa a la deducción. Por esta entiende Descartes “todo aquello que se sigue necesariamente de otras cosas conocidas con certeza”. Consiste en recorrer los pasos del razonamiento intuyendo
sucesivamente la conexión de los mismos entre sí y con los principios evidentes originalmente intuidos.
Método: Es el camino propuesto por Descartes para descubrir la verdad. Se basa en que todos los seres humanos participan de la razón y del sentido común, en que todos son seres racionales. El método cartesiano se funda en no admitir ninguna cosa que no se haya probado evidentemente como verdadera. A partir de estas verdades iniciales intuidas se deduce el resto del conocimiento. Así pues, el método garantiza:
a) la certeza (al excluir el error), b) la facilidad en el progreso del conocimiento, y c) alcanzar el máximo posible de conocimiento verdadero.
En el Discurso del método, Descartes propone sus cuatro célebres reglas. Con todo, el método es más que meras reglas o recetas: expresa la estructura y funcionamiento “matemáticos” de la razón. De esta manera se refiere al proceso de reducción de lo complejo a lo simple (análisis) y al progreso a partir del conocimiento de lo simple (síntesis), así como a las operaciones primarias de la mente: la intuición (véase) y la deducción.
Sujeto. Es el ser humano considerado en tanto que ser que piensa. En la búsqueda de una primera verdad
más allá de toda duda, Descartes se reconoce como un sujeto que piensa, pues, aunque lo que piense sea
falso, es cierto que piensa. El atributo del sujeto es, por tanto, el pensamiento. El cuerpo no forma parte
del sujeto, sino que es una sustancia distinta, aunque en el caso del hombre está estrechamente unida al
alma, a la razón. El pensamiento, igual que el cuerpo, también es una sustancia.
Objetos simples: aquellos objetos que, según descartes, podemos llegar a conocer clara y distintamente, es decir, intuirlos mediante la razón humana. A partir de estos conocimientos simples, el filósofo tratará de comprender otros más complejos.
Sustancia: Según Descartes, es aquello que existe de tal modo que no necesita de ninguna otra cosa para existir. De acuerdo con esta definición, solo Dios sería verdaderamente sustancia, pero Descartes propone la existencia de tres: la sustancia infinita, omnisciente y creadora (Dios), la sustancia pensante (el alma, la mente, el espíritu del hombre), que no tiene partes, y la sustancia extensa (nuestro cuerpo y los cuerpos en general), divisible. Cada sustancia se determina por un atributo que expresa su esencia o naturaleza: así, el pensamiento es el atributo del alma (sustancia pensante), la extensión lo es del cuerpo (sustancia extensa) y la infinitud, en fin, lo es de Dios (sustancia infinita). De este modo se configura la doctrina
cartesiana de las tres sustancias.
Representaciones. La gran aportación de la filosofía moderna es la noción de «sujeto». Vinculado a ella se encuentra el concepto de «representación». Cuando el sujeto conoce la realidad, no conoce la realidad directamente como tal, sino por intermedio de sus representaciones. Por tanto, en el sentido en que aquí la utilizamos, la representación puede ser tanto las ideas que existen en nuestra razón, según los racionalistas, o las impresiones sensibles que recibimos del mundo externo, según los empiristas.
Otras expresiones subrayadas explicadas:
-clara y distintamente: En el texto se hace referencia a las cualidades de las ideas
evidentes. Una idea es clara cuando su verdad es captada por el entendimiento de forma
inmediata, y distinta cuando es una idea que nuestra razón entiende que no procede de
ninguna otra. Una idea clara y distinta es verdadera, ha sido puesta por Dios en mi razón,
(ya que al poseer la perfección de ser verdadera, no puede proceder sino de Dios) por lo
tanto es innata. Por su evidencia este tipo de juicios o ideas serán la base de la
reconstrucción del saber.
-conocimiento: Para Descartes el conocimiento consiste en un conjunto de ideas que poseemos sobre la realidad. Nuestros conocimientos han de ser verdaderos y poseer certeza –si no, no hablamos de conocimiento, sino de duda- el conocimiento es el resultado del trabajo de nuestra razón, por lo tanto, ya que la razón es única, el conocimiento también lo es. Descartes defiende el carácter orgánico de los conocimientos o saberes, por eso piensa que ha de ocuparse en la reforma de los mismos comenzando por la Filosofía, que es la base del saber.
-Filósofos: en el texto se hace referencia a los filósofos escolásticos y medievales, aquellos que estudió Descartes durante su estancia en la Flèche, ya que Descartes dice “Pero habiendo conocido desde el colegio”. Los filósofos escolásticos y la filosofía medieval en general serán las primeras ideas que se presenten a Descartes. La fe durante la Edad Media se considera un modo de conocimiento como la razón, sólo que la fe es mucho más perfecta que esta porque proviene de Dios, es un don divino. En cambio la razón es defectuosa e imperfecta como el ser que la posee. Descartes desea superar el conocimiento basado en el argumento de autoridad, para él la historia de la filosofía es la historia de un tremendo error, esta equivocación es preciso eliminarla. -Emprender por mí mismo la tarea de conducirme: se basa en la idea de que el conocimiento debe nacer de la razón humana, de la intuición o evidencia de la razón, es decir, de las ideas que posee la razón de forma innata y que podemos intuir cuando utilizamos la razón exclusivamente. Para conducir la razón existe el método y las reglas fundamentales, que son cuatro para poder observarlas sin dificultad. El método cartesiano tiene las reglas con las que funciona la razón misma y estas son, la intuición o evidencia que es innata, porque es una intuición natural, y la deducción que se basa en la relación existente entre las distintas intuiciones.
-Falsas todas las razones: en el texto se hace referencia a la deducción matemática, a las demostraciones deductivas. Descartes creía que las deducciones matemáticas eran indudables, puesto que se basaban en intuiciones racionales. Además la deducción es uno de los modos de funcionamiento de la razón. Dudar del razonamiento es dudar de la razón misma. Para poder hacer esto a Descartes no le queda otra opción que inventar un genio maligno que le permita poner en cuestión el razonamiento matemático. Este genio maligno me engaña, aunque yo crea que estoy en lo cierto. La invención del genio maligno implica que existe un ser tan poderoso como Dios y si ese ser me engaña, entonces Dios no es tan poderoso como creo, es decir, cuando Descartes utiliza el genio maligno, está poniendo en duda la existencia de Dios. Eso sí, esta duda se encuentra en un terreno meramente teórico.
-Pienso, luego soy: tras poner en duda todo aquello que creemos conocer, Descartes llega al principio indudable, a la evidencia: el pensamiento. Según Descartes, pensar es existir, no es que del pensamiento se deduzca la existencia, es que el pensamiento es un modo de existencia. Este pensamiento es una sustancia y por serlo, debe ser independiente de cualquier otro ser. En consecuencia, el pensamiento es independiente del cuerpo, que es otro modo de darse la existencia. En conclusión: el pensamiento es la primera verdad y, por consiguiente, el criterio de evidencia, pero además es una sustancia y es independiente del cuerpo.
-Compuesto de estas dos naturalezas: en el texto se hace referencia a dos realidades, puesto que naturaleza o natura, implica un modo de ser o existir. En el caso de Descartes, la existencia es una cosa o sustancia que, por lo tanto, es independiente. El concepto de sustancia cartesiano se asemeja mucho al aristotélico, puesto que sólo es sustancia lo que puede existir sin depender de ninguna otra cosa. Esta definición fue perfeccionada por Descartes, puesto que relacionó la idea de independencia de la sustancia con otra que nace de sus estudios de la filosofía medieval. Sustancia es aquello que existe en sí mismo y por sí mismo, es decir, sustancia es todo ser que no necesita de nada para existir, pero que además no ha sido creado. Para el pensamiento cartesiano la verdadera sustancia sólo puedo ser Dios. Dios para Descartes es perfecto, infinito, es el creador del mundo y del pensamiento, es el que ha puesto en nuestra mente las ideas innatas. Esta noción está relacionada con el pensamiento agustino y, por ende, con el escolástico, puesto que ambos defienden que las ideas llegan a la mente humana por la gracia de Dios, como un don. Descartes recoge esta idea medieval y la dota de modernidad, ya que las ideas que se encontraban en la mente de Dios ahora se van a colocar en el pensamiento humano. No obstante, el pensamiento humano no puede crear la realidad exterior, por eso necesita que sea Dios el que garantice que las ideas innatas poseen un correlato en el mundo.
hola mira se podria resumir un poco mas
ResponderEliminarpor que no te callas y aprendes un poco de la filosofía cartesiana y repacitas puto bot
EliminarESo eso
Eliminar