Teoría






1. ARTE E ISLAM
Durante 8 siglos se rezó a Alá y se habló árabe en la Península Ibérica. En 711, los árabes cruzaron el estrecho de Gibraltar, derrotando en la laguna de La Janda al rey godo don Rodrigo; en 1492, los Reyes Católicos acaban la reconquista tomando Granada. Al-Ándalus se comparaba con el Paraíso del Corán. El culto al agua y a la vegetación se encuentra también en las viviendas de este pueblo procedente de zonas desérticas. Eran para la vida íntima y tenían un patio interior repleto de plantas.

La ciudad era laberíntica, y su numerosa población, comercio y arte contrasta con las carencias de la España cristiana. En el centro se halla la mezquita: lugar de oración, enseñanza islámica, justicia y meditación. Su estructura es sencilla y se inspira en el oratorio provisional de Mahoma en Medina. Consta de 3 partes en eje longitudinal: una sala cubierta (haram), orientada hacia la Kaaba, cuya dirección se indica en un nicho vacío (mihrab), perforado en el centro del muro frontal (qibla); un espacio al aire libre (sahn), rodeado de pórticos y dotado de la fuente de abluciones (sabil); y el alminar, desde donde se convoca a rezar 5 veces al día: al alba, al mediodía, al comienzo de la tarde, al crepúsculo y por la noche.

La plegaria puede hacerse en cualquier lugar con el suelo limpio. Pero el viernes al mediodía, todos los varones adultos deben ir a la mezquita aljama, donde el imán dirige un sermón subido en el mimbar, único mueble litúrgico aprobado por el Corán. A esto también asiste el califa, con un lugar reservado (maqsura).

Para expresar lo invisible en las mezquitas, se acude a una gramática decorativa, sin figuración. El ornato es geométrico (polígonos, estrellas y lazos); epigráfico (inscripciones coránicas); y de ataurique (vegetal). En palacio, baños o edificios civiles sí se representan animales y humanos.

La mezquita presenta elementos arquitectónicos islámicos: arco de herradura y capitel. Primero se aprovechó el capitel romano y visigodo, pero en el s.X se crea el corintio <<de avispero>>. Los almohades a finales del s.XII imponen el encintado. Sobre esto, los nazaríes desarrollan el <<de mocárabes>> y el de <<ataurique>>, ambos con fustes muy delgados.

Junto a la mezquita del viernes se emplaza el mercado (zoco en árabe; bazar en turco). Las tiendas se distribuyen según su prestigio. Los géneros caros se venden en la alcaicería: un recinto cerrado y custodiado. Cerca abundan los fundaq, con establos y almacenes en la planta baja y habitaciones para huésped en los pisos.

La madrasa era la escuela teológica; el maristán, el hospital; y el hamman, los baños, gratuitos debido a la obligación coránica de lavarse antes de orar.

Entre los mausoleos, destacó la qubba: una sala cuadrada cubierta con cúpula. El compromiso con la guerra santa motivó la construcción de conventos fortificados (ribat), provisto de patio de armas.

2. ARTE CALIFAL
Después del 750, el centro del Islam se trasladó de Damasco a Bagdad.

Los Abasíes derrotaron a los Omeyas, menos a Abd al-Rahman I, que estableció en Córdoba (s.VIII) un emirato independiente que supone el inicio de la fragmentación del Islam en estados.

En el s.X, Abd al-Rahman III se autoproclama califa, rompiendo con la autoridad de los Abasíes. Córdoba se convierte en la ciudad más culta y poblada de Occidente, con 250000 habitantes.

El ejército califal era el terror de los cristianos. Las luchas entre árabes de Siria, Jordania y Palestina con los bereberes norteafricanos por la sucesión provocan una guerra civil, que en 1031 pone fin al Califato cordobés de al-Ándalus, dividiéndose en quince reinos taifas.

LA MEZQUITA DE CÓRDOBA
Consta de un palmeral de columnas, de arquerías con dovelas de piedra blanca y ladrillo rojo, apoyadas sobre fustes oscuros que parecen suspendidos del techo. Los arcos entrecruzados filtran visualmente el mihrab.

Su configuración actual es producto de 4 ampliaciones que, entre el s.VIII y s.X, realizaron los Omeyas, por la necesidad de un oratorio cómodo y el crecimiento demográfico.

El núcleo se debe a Abd al-Rahman I, que asentó un oratorio sobre el solar de la basílica visigoda de San Vicente, compuesto por 12 crujías transversales cortadas por 11 naves longitudinales, que corren en dirección al muro de la qibla. Estas naves están formadas por arquerías dobladas para elevar el edificio: arcada inferior (herradura) y superior (medio punto). Esto procede del acueducto de los Milagros (Mérida), mientras que los fustes y capiteles son reaprovechados de obras romanas, salvo la hilera central, con restos visigodos. Esta fase fue completada por Hisam I, que dotó al patio de galerías para mujeres (saqifa), pabellón de abluciones y el alminar de la puerta.

La 2ª etapa corresponde a Abd al-Rahman II, que rompe el muro de la qibla añadiendo 8 crujías al oratorio y cerrando con saqifas los dos flancos del patio que faltaban. Columnas y capiteles siguen siendo de acarreo. Las obras las dirigieron los eunucos Nasr y Masrur.

En el s.X Abd al-Rahman III agranda el patio, planta olivos, cipreses y laureles, y rehace el alminar, abandonando la forma helicoidal de Oriente hacia una torre prismática. Su hijo al-Hakam II agrega 12 crujías a la sala de oración, retranqueando el muro de la qibla. Encargó a su chambelán Chafar 3 obras: el lucernario con cúpula nervada y acotado mediante arcos polilobulados y entrecruzados sobre columnas rosas y azules; la maqsura; y el mihrab, en forma de habitación por vez primera en el Islam. Hakam II encargó al emperador bizantino Nicéforo Phokas un musivario para decorar la maqsura y la fachada del mihrab.

La cuarta fase corresponde al ministro Almanzor. El director de obras fue Abd Allah ibn Said ibn Batrí, que se ve forzado a ensanchar lateralmente el recinto, ya que la proximidad del Guadalquivir le impedía alargar el frente. Esta adición le obligó a extender el patio, así que el mihrab quedó descentrado.

5 siglos después, el obispo de Córdoba Alonso Manrique ordenó empotrar un crucero catedralicio, lo que mutiló el edificio y rompió su alzado, junto al posterior revestimiento cristiano del alminar.

LA CIUDAD PALATINA DE MADINAT AL-ZAHRA
 Esta ciudad fue la capital gubernamental del califato occidental, mientras que Córdoba era la megápolis comercial y religiosa. La fundación de esta ciudad, a manos de Abd al-Rahman III, se debió a la necesidad de una plataforma político-administrativa que controlara al-Ándalus y para prestigiar el califato (carácter propagandístico).

Las obras (936) son dirigidas por Maslama ben Abdallah. Se financiaron con un tercio de los impuestos y en 945, Abd al-Rahman III se trasladó allí, donde murió años después sumido en una depresión.

Estaba escalonada, jerárquicamente, en 3 pisos: en el superior, las dependencias palatinas entre huertos y albercas; en el intermedio, jardines separando las oficinas de las viviendas de ministros; y el inferior para la mezquita, la Casa de la Moneda, el zoco y los barrios populares. El plano era rectangular y se defendía con una muralla. En los costados estaban las guarniciones de caballería e infantería. Un gran zoológico completaba la urbe.

Las excavaciones arqueológicas descubrieron en el piso alto el Salón Rico: el pabellón de recepción de embajadas extranjeras. Su estructura y decoración son copiadas después por los Taifas en sus palacios. Aquí se fraguan el arco de herradura y el capitel de avispero, e irrumpen técnicas y motivos persas con el tema del árbol de la vida. El maestro decorador fue Sunaif, e intervinieron tallistas como Bedr o Nasr.

3. ARTE ALMOHADE
Los almohades eran tribus sedentarias norteafricanas. Rechazaban dar atributos humanos a Alá, considerado un espíritu puro y eterno. Su lucha política y religiosa se centró contra los almorávides.

Conquistaron el territorio magrebí y luego Sevilla, Córdoba y Badajoz. Culminaron derrotando a los castellanos en la batalla de Alarcos, y para conmemorarlo, el califa Abu Yusuf Yaqub colocó 4 esferas de bronce en el alminar de la Giralda. Sin embargo, éstos 2 décadas después se descomponían ante la entrada de los cristianos.

Los almohades son comparados con los cistercienses por despreciar el lujo. Su arquitectura es austera y de ladrillo, con espacios vacíos.

En Sevilla realizaron dos edificios: La Mezquita y la Torre del Oro:

-La mezquita se construyó en la 2ª mitad del s.XII, aunque fue derribada en el XV para construir la actual catedral gótica. Tenía 17 naves y sólo se conserva el patio y el alminar (Giralda), éste último descentrado porque su emplazamiento inicial no era tierra firme. La obra se inició en piedra, se interrumpió, y la continuó Alí de Gomara en ladrillo cortado. A pesar de la austeridad almohade, triunfa por su concepto ornamental andaluz.
-La Torre del Oro forma parte de la reedificación almohade de las murallas de Sevilla. Su misión era controlar el paso de navíos por el Guadalquivir. Contaba con la ayuda, en la otra orilla, de un fortín desde el que se tendía una cadena que, al ser tensada, bloqueaba el tráfico fluvial.

Se inició en el siglo XIII. Tiene planta dodecagonal y presenta dos cuerpos superpuestos, pues la linterna fue un añadido dieciochesco. Su nombre se debe bien a que custodiaba el oro procedente de América, o bien a que estaba alicatada con cerámica que proyectaba reflejos dorados. Se describe además enlucida de almagra en la base y revestida de azulejos en la parte superior, haciendo que brillara de lejos.

4. ARTE NAZARÍ
En el s.XIII, Muhammad ibn Nasr funda en Granada la dinastía nazarí. La sumisión tributaria y las disputas entre reyes cristianos permiten a los nazaríes conservar durante 2 siglos y medio Andalucía oriental.

Los nazaríes construyen una acrópolis, la Alhambra o “castillo rojo” (por el color de la arcilla de sus muros). Se reparte en 3 núcleos independientes: la alcazaba militar; los palacios reales; y una ciudad autónoma con calles estrechas en las que viven dignatarios de la corte, funcionarios y personal de servicio, y donde se alza la Casa de la Moneda, mezquitas, cementerios y baños públicos.

Muhammad I sólo levantó el circuito defensivo, situando la alcazaba con un patio de armas en el ángulo más alto y saliente de la colina. Previamente abasteció de agua el enclave abriendo una acequia desde el Darro.

Muhammad II aprovechó estas conducciones para crear el Generalife, una finca en la ladera del cerro; era la zona de recreo.

Muhammad III incorpora la cultura del agua y la jardinería, ordenando construir el Partal.
El esplendor de la Alhambra llegó bajo el mandato de Yusuf I y su hijo Muhammad V, en la 2ª mitad del s.XIV:

Yusuf I reconstruyó las puertas y las torres de la muralla. Destacan la Puerta de la Explanada, con estructura interior acodada, y la torre de Comares, sede oficial del trono y salón de embajadores. El interior de esta torre está revestido de materiales como el barro y la madera, pero convertidos en obras de arte. En el techo aparecen representados esquemáticamente los 7 cielos del Paraíso musulmán presididos por el trono de Alá.

Como la tradición aconsejaba a cada monarca construir su propia residencia, Muhammad V ordenó edificar el Cuarto de los Leones, un patio de crucero con una fuente de 12 leones. Se hace con fines simbólicos: el agua es “plata fundida” que representa los dones del sultán y los leones son sus guerreros. En los 4 frentes del patio se abren otras dependencias: Sala de Mocárabes, Sala de los Reyes, Sala de los Abencerrajes y Sala de las Dos Hermanas.

Los nazaríes destruyeron la plaza de Algeciras, en señal de protesta por el asesinato del rey Don Pedro, aliado de Muhammad V. Para celebrar la victoria, se construyó la Puerta del Vino, el Mexuar (sala de audiencias) y el patio de los Arrayanes.

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